¿Cuántos paros le han hecho a Juan Manuel Santos, como presidente?

No es fácil seguirle el rastro a todas las protestas, huelgas y paros que le han hecho a Juan Manuel Santos desde que entró a la presidencia el 7 de Agosto de 2010. Y no es fácil seguirle el rastro no sólo por la cantidad, sino también por el poco cubrimiento que han hecho los medios de comunicación en muchos de ellos, muy seguramente por presiones publicitarias del mismo gobierno de Santos, como lo dijo Vicky Dávila en su momento.

Sin embargo, a continuación les haremos un resumen de todos los paros a los que ha tenido que enfrentar Juan Manuel Santos, y si bien no serán todos, sí serán los más importantes. En caso de que usted conozca de algún paro que no esté en la lista, utilice la sección de comentarios y con mucho gusto la incluiré. Todos los paros están en orden cronológico y soportados con un link de un reportaje confirmando la noticia. No siendo más, empecemos a contar cuantos paros le han hecho a Juan Manuel Santos como presidente.

cuantos paros

2011

1 ^ Febrero: Paro de Camioneros

Motivo del paro: Propuesta del gobierno de Continúa leyendo ¿Cuántos paros le han hecho a Juan Manuel Santos, como presidente?

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El Ejemplo de Brasil

Brasil, el gigante de Sudamérica, el imperialista, el industrial; ese mismo que mencionan junto a Rusia, India y China cuando hablan de los países del futuro, ese mismo que a pesar de ser tan cercano, es a la vez tan lejano, ese mismo país que nos ha llenado de orgullo al sacar la cara por esta parte olvidada del planeta en más de una ocasión, hoy le está dando una lección de madurez y de desarrollo al resto del mundo, especialmente a sus hermanos latinoamericanos.

Brasil es, junto a Rusia, India y China, parte del llamado BRIC, el conjunto de países llamados a liderar la economía mundial.

Irónico, mientras en Colombia, Venezuela y Argentina saltábamos de la alegría al tener la posibilidad de tener tan cerca unos Juegos Olímpicos y un Mundial de Fútbol, que al fin un privilegio que se creía hasta entonces exclusivo de los países «ricos», estuviera al alcance de nuestros estropeados bolsillos, son los mismos anfitriones de estos eventos, los que han salido a la calle a protestar por la realización de los mismos.

Realmente fui yo el primero en sorprenderme ante los ríos de gente que han salido en las principales ciudades de Brasil a protestar en contra de estos espectáculos que llenarían de orgullo a cualquier país y enumero: Copa Confederaciones (2013), Copa Mundial de Fútbol (2014) y los Juegos Olímpicos (2016).

Cuando al presidente Álvaro Uribe se le ocurrió proponer el nombre de nuestro país como sede para el Mundial del 2014, más de uno (y me incluyo en ese grupo) nos alcanzamos a ilusionar en grande, claro antes de que el presidente de la FIFA prácticamente nos obligara a retirar dicha candidatura y nos dieran el contentillo del Mundial Sub-20 de 2011. Aún así, el hecho de ser sede de un evento mundial, así sea de segunda categoría como ese nos llenaba de un orgullo y una alegría que ahora, con el ejemplo que no está dando Brasil, me parece absurda e irracional.

En Colombia estabamos tan contentos con el Mundial Sub-20, que nadie se puso a examinar con ojo crítico la rentabilidad del evento.

Sí, muy chevere que hayan llegado selecciones de tanta talla futbolística como Malí, Nueva Zelanda, Panamá o Corea del Norte (nótese el sarcasmo) y todo lo demás, pero sólo hasta ahora me empiezo a preguntar si el dinero invertido en este evento realmente tuvo algo de rentabilidad para nuestro país y sobre todo CUÁNTO se gastó en total. Las cifras oficiales rondan los 250 mil millones de pesos, pero hasta los alcahuetas más acérrimos del gobierno han reconocido que esa cifra está muy por debajo de la realidad. Aún así ¿Cuántos hubiese ayudado al sistema de salud esos 250 mil millones de pesos? ¿Cuántas carreteras se hubiesen terminado? ¿Cuántos calzadas dobles?

Siempre pensé que la decisión que se tomó en 1986 de renunciar a ser la sede del Mundial de mayores, que terminó en manos de México, había sido una oportunidad perdida, pero ahora hasta me parece sensata dicha determinación. No tiene presentación que un país con necesidades urgentes en atención a la población esté literalmente echando la plata a la basura organizando eventos cuya rentabilidad dista mucho de ser positiva.

Brasil, un país cuya población goza de unos niveles de vida mucho más elevados que el del resto de sus «hermanos» latinoamericanos, que no tiene tanto de que quejarse como nosotros, que no sufre de carruseles de corruptos en todas las esferas del poder, ni de carreteras obsoletas, ni de un sistema de salud ineficiente, ni de un montón de asesinos haciendo de las suyas en todo el país… y aún así ha salido a las calles. En una muestra de madurez digna de admirar, no se han dejado encandilar por las mieles de los mundiales de fútbol y de las olimpiadas y han mirado primero las necesidades que tienen y que se han dejado de atender para asignarle recursos a estos eventos.

Gracias Brasil, por este ejemplo tan grande que nos estás dando.

Los brasileros no tienen ni idea del ejemplo que le están dando al mundo, sobre todo a sus países hermanos con esta actitud, llena de sensatez. Nunca faltan los aguafiestas como «el rey» Pelé, que amarrado con sus contratos de publicidad con cuanto banco y tarjeta de crédito patrocinadora del mundial existe, le pidió a sus compatriotas que «olvidaran» las protestas y se concentraran en el fútbol… o más bien en la publicidad de sus patrocinadores. Muy mal por Pelé, pero igual no esperaba más de un sujeto que ha hecho su fortuna a costillas de patrocinios comerciales luego de retirarse. Cuanta razón tienen Maradona y Romario cada vez que se refieren a dicho personaje, ¡cuanta razón!

Ojalá no sólo en Colombia, sino en toda América Latina tomemos nota de lo acontecido en Brasil y empecemos a luchar, después de todo el gobierno y el Estado están allí para garantizarnos nuestros derechos, no para pisotearlos y hacer con ellos lo que les de la gana.

¡Arde Londres! (Por ahora)

Una sola chispa hizo falta para que ardiera Londres. Imagen publicada por Wilson Hines en Google+

Nunca se imaginaron las autoridades de Scotland Yard (Nombre con el que se conoce la policía británica) que su falla, ya sea por acción o por omisión en la muerte de Mark Duggan, un hombre de raza negra, acusado (algunos dicen que falsamente) de ser pandillero y vendedor de drogas, causaría el infierno monumental en el que se encuentra la capital del Reino Unido desde hace ya más de 3 días, y que ya se extiende a otras ciudades.

No se hicieron esperar las versiones de que Duggan fue el que inició el tiroteo y que lo que hicieron los policías fue defenderse, y que por eso el hombre de 29 años terminó muerto. No sería la primera vez que la policía, abusando de su poder tratan de limpiar cualquier evidencia de sus crímenes cometidos.

Y de hecho el culpable a señalar por todo esto es la misma policía, ya que todo inicio con una protesta por las infamias cometidas por la policía británica en conjunto con la justicia de dicho país: más de trescientas personas han sido asesinadas mientras estaban bajo la custodia policial en Inglaterra y Gales sin que haya habido una condena.

Los cambios ocurridos en el Reino Unido (similares a los que vienen ocurriendo consistentemente en Europa) que imitan el estilo económico de las Américas, donde los ricos se vuelven cada día más ricos, y la brecha se hace cada vez más grande con la clase más baja, la falta de oportunidades de los jóvenes han influido mucho, lejos están los días del estado benefactor que tan famosa hizo a Europa, un socialismo consciente, donde la economía buscaba el bienestar del pueblo, no donde el pueblo quedara soportando la pesada carga de las corporaciones todopoderosas, que en nada contribuyen a mejorar la calidad de vida de la gente del común.

Pero, lo peor de todo es que el grueso de los que participan en estas manifestaciones, no entienden el problema y ni siquiera hacen reflexión sobre estos temas, ellos son sencillamente el producto de la educación que como sociedad, el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte les ha proporcionado. Muy bien lo dice Philip Womack décadas de pésimas políticas educativas, de la falta de disciplina, del relajo total de la moralidad pública, de los prejuicios, y de la fragmentación de la sociedad, y una mala concepción de libertad, son las causas y el pueblo británico esta pagando un precio muy alto por abandonarse a sí mismo y estar más pendientes de los tabloides que de los múltiples problemas que tienen en casa.

Sin duda en todos nuestros países tenemos mucho que aprender, acá los problemas son de iguales proporciones y una sola chispa hace falta para que todo estalle y se incinere como una flama de dragón que en lugar de apagarse consume todo a su paso sin que haya forma de apagarla.