
Felicitaciones. A todos los que votaron por Juan Manuel Santos, felicitaciones, ganaron. Ya sea que hayan votado sinceramente por una esperanza difusa de paz, o por los $50.000 que les dio Yahir, o por los puestos que les aseguraron Musa, Ñoño o Gerlein, los felicito. Ganaron.
Pero espero que así como hoy celebran y vindican su triunfo a los cuatro vientos, con expresiones de júbilo y arrinconando y menospreciado a todos los que se atrevieron a no votar por su candidato, tengan la entereza y la decencia de ser consecuentes con su voto. Espero que tengan claro que en el momento de votar por Juan Manuel Santos perdieron la autoridad moral y democrática de hacer oposición o control político a las políticas de su candidato, lo que dicho en otras palabras es que perdieron todo derecho a quejarse en los próximos cuatro años.
Espero que recuerden el sabor de la victoria, cuando el 1 de Enero de 2015 vuelva a subir el precio a la gasolina, vuelvan a subir los pasajes y en consecuencia todos los productos de la canasta familiar, para que a mitad de año salga SU candidato a decir con datos manipulados a decir que las cosas van de maravilla en el país porque la inflación acumulada no ha superado un dígito.
Espero que recuerden el sabor de la victoria cuando se implemente el tratado de libre comercio con Corea del Sur, que acabará con cientos de empleos en el sector industrial en el país, poniendo en riesgo el pan de miles de colombianos. Para que luego salga SU candidato a decir que los beneficios del TLC ha superado con creces los perjuicios.
Espero que recuerden el sabor de la victoria cuando vea en libertad a ladrones, asesinos y violadores por culpa de una justicia incompetente, a la que el gobierno no sólo no ha puesto en cintura, sino que encima les sube el sueldo como si estuvieran haciendo algo bien. Sólo para que SU candidato salga luego a decir que el DANE dice que la tal inseguridad no existe.
Espero que recuerden el sabor de la victoria cuando el sector rural termine de arruinarse y nos toque comprar alimentos importados a precios exorbitantes. Para que luego SU candidato diga que se está haciendo un gran esfuerzo para garantizar el flujo de alimentos en el país.
Espero que recuerden el sabor de la victoria cuando vean que la miseria que le aumentan por decreto al salario mínimo, mientras que el salario de los congresistas se duplica por aprobarle leyes al gobierno sin chistar. Para que luego SU candidato diga que era una medida necesaria para garantizar la gobernabilidad.
Espero que recuerden el sabor de la victoria cuando vean como se consolidan las mafias electorales en las regiones por cuenta del flujo de dinero de los cupos indicativos, lo cuál terminará de destruir la ilusión de democracia que existe en este país. Para que luego SU candidato salga a decir que ese dinero es para inversión en obras sociales y no para comprar conciencias.
Espero que recuerden el sabor de la victoria cuando tengan que pasar semanas para que les asignen una cita con un médico adolescente, que sólo sabe recetar ibuprofeno; cuando usted o un familiar suyo se enfermen y les toque esperar horas en una silla plástica a espera de que desocupen una cama; o de que la centro médico le niegue la remisión para poder facturarle todo lo que pueda a la EPS. O cuando, no lo quiera Dios, tenga que esperar una semana para que la EPS le apruebe un procedimiento que es de vida o muerte. Para que luego SU candidato salga a decir que ha hecho todas las reformas pertinentes a la salud.
Espero que recuerden el sabor de la victoria cuando, a pesar de todo el tiempo que pasa en el colegio, su hijo, su sobrino o su primo, no pueda leer correctamente un simple parrafo, no pueda sacar una simple cuenta, o diga en televisión nacional que Gabriel García Márquez era el pintor que escribió Rin Rin Renacuajo. Para que luego SU candidato salga a decir que es el presidente de la educación.
Y sobre todo espero que tengan la entereza de quedarse callados cuando la tan anhelada «paz» por la que creyeron que votaron se traduzca en otro ciclo de violencia, peor que el anterior, nutrido por el dolor ocasionado por 60 años de asesinatos, robos y secuestros que están en vía de quedarse impunes. Para que luego SU candidato salga a decir que la paz tenía sus riesgos.
Ganaron, sí, pero perdieron el derecho de protestar, de quejarse, de indignarse. Espero que puedan vivir con eso los ciento veintiséis millones de segundos que dure el próximo gobierno de Santos, cuyo peligro no es que nos convierta al castro-chavismo como algunos puedan pensar, sino que nos termine de hundir en la miseria, la inseguridad y la violencia,como bien lo hicieron sus pares políticos durante buena parte del siglo XX.
Disfruten ahora del sabor de la victoria de SU candidato, antes de que este les empiece a saber a mierda. Igual, sarna con gusto no pica.
