10 Propósitos Para El 2013.

Hacía ratos que no escribía un post en el que hablara de mi mismo. Sí, es más sencillo perderse en el mar de las opiniones de cosas externas, de la política, de la música, de la televisión, del cine, que dar una mirada al interior y analizar sin miedos todas aquellas cosas que hacen parte de nosotros. Ha iniciado un nuevo año y creo que es un buen momento para empezar a hacer una lista de propósitos para este año, con el firme propósito de verificar el 1 de Enero de 2014, si en realidad los cumplí o pasarán a la historia como una lista más de chachara escrita por mi.

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Sí, ya me he gastado un año completo tratando de terminar mi trabajo de grado. La verdad le he dedicado más tiempo a otras cosas como por ejemplo trabajar, escribir mis novelas, ver vídeos en youtube, estar en la clínica enfermo, salir de rumba de vez en cuando, pero en realidad no le dedicado mucho tiempo a mi trabajo de grado. Prefiero dedicarle tiempo de calidad, cada día por la mañana le trabajo un poquito y le añado cosas importantes. Ya voy por la discusión y las conclusiones, así que no debería ser tan difícil terminarlo ¿o sí?

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Y claro terminar el trabajo de grado no quiere decir que me voy a graduar de inmediato, aunque yo guardo las esperanzas de que por algún milagro o casualidad del destino si va a suceder algo parecido. Es un firme propósito para este año graduarme de la especialización que inicié en 2010 y miren, ya estamos en 2013 y no la he terminado. Bueno, a decir verdad eso es lo que sucede cuando uno hace las cosas obligado. El incentivo económico no es lo suficientemente bueno como para andar de lamesuelas, que es lo que en resumidas cuentas quieren algunos con unos puestos dizque importantes. Pero así me toque ponerme cansón y molestoso graduarme este año es otro de mis propósitos.

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Hace un año terminé mi primera novela, titulada «El Mototaxi» y pues el año pasado se me ocurrió escribir una secuela a dicho libro, titulada «El Mototaxi: Express» y también empecé el libro final llamado «El Mototaxi: Extremo»  aunque voy por el capítulo 6 y ya tengo listo el argumento central y el número de capítulos, siempre es medio difícil dedicarle tiempo a escribir. Sólo dedicarle tiempo, puesto que escribir en sí es lo que me gusta hacer. Este año toca concluir la historia de Nane, Pechi, Cindy y Laura y espero hacerlo pronto.

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Luego de terminar «El Mototaxi» intenté escribir una novela llamada «La Maldición del Karaoke» que más por falta de planeación y de tiempo no pude terminar, está disponible en mi colección de cuentos pero realmente deseo empezar a escribir otra historia, diferente, con otros personajes, pero el primer paso es elegirla, estoy entre dos historias que he venido trabajando hace tiempos, pero requieren de cierta investigación geográfica que no se si podré hacer antes de Semana Santa. Pero la idea, primero es elegirla.

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Y pues claro después de elegir la historia lo que sigue es escribirla. Quiero escribir una novela igual de ligera y práctica que la primera de «El Mototaxi» pero en otro ambiente, en otro lugar, con nuevas motivaciones. Quiero divertirme escribiendo y eso es lo que planeo hacer.

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Por ahí escuché que no vale la pene leer lo que escribe alguien que no lee y ese es mi propósito este año. Leer al menos 6 libros, uno cada dos meses, es un buen propósito. El año pasado me leí 6 libros, cinco de los cuales eran de la Canción de Hielo y Fuego y creo que si me leí esos monstruos literarios, puedo con libros más sencillos que me nutran más como escritor.

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Desde que cree este blog en 2010, ha sido una válvula de escape a situaciones y momentos que de otra manera quizás ya me hubiesen vuelto loco. Se que últimamente no he sido tan prolífico como en el segundo año (2011) pero se que a la hora de publicar hay que publicar no solo cantidad, sino calidad también. Claro eso acompañado de uno que otro post picante no queda mal. Si algún día he de abandonar este blog no será ahora.

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Siempre me han dicho que soy un ingrato, un «dejado», y hasta malagradecido porque aparezco por temporadas, me dicen que me pierdo. Tienen razón, al menos en parte, no soy alguien meloso al que le guste estar persiguiendo a la gente, me gusta comunicarme de vez en cuando no más. Pero también me he dado cuenta que ese «de vez en cuando» parece ser mucho más tiempo del que imaginaba. Más ahora cuando hay facebook, twitter, whatsapp, line, viber y todas esas maricadas para comunicarse. Vale la pena llamar, mandar mensajes a la familia, a los amigos que están allí para uno cuando los necesita.

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El problema que tengo con los gimnasios es que me aburren, luego de cierto tiempo me queda en la cabeza la idea de que puedo hacer cosas mucho mejores con mi tiempo que ir a cansarme tirando hierros y atesando mis músculos. Y por otro lado también es financieramente un tanto agotador, no solo es el tiempo con el que puedo hacer otras cosas, también con la plata. Pero en definitiva me dijeron que fortalecer el cuerpo es bueno para evitar el dolor inimaginable de los cálculos, así que viene siendo una buena idea ir al gimnasio. Claro que iré a una hora en la que no haya demasiada gente, probablemente en la noche donde la sensación de «no deberías estar haciendo esto» se aplaque.

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Salir del país será mi propósito este año, así sea a Panamá, a Ecuador o a Venezuela, pero hay que salir y explorar nuevos mundos ¿Pero con qué plata? Pues con la que se puede ahorrar. Hay que ahorrar un poco de dinero para salir y estampar el pasaporte, pero de que salgo del país salgo. No me va a pasar lo mismo de este año que por no tener el dinero no salí a ninguna parte. No señor. Hay que sacrificarse y hacer esfuerzo y eso pienso hacer.

Aún no se si esos serán todos mis propósitos para este año, lo que sí se es que nada es imposible para quien tiene ganas y voluntad y eso, modestia aparte, es lo que me sobra (en ocasiones). Por ahora solo es cuestión de desearles a todos un Feliz Año lleno de prosperidad, salud y amor y que  la llegada del 2014 sea la fecha en que nos demos cuenta que se han cumplido algunos de nuestros sueños.

Por Qué Las Madres En China Son Las Mejores Del Mundo

Traducción Libre de una porción del Artículo Original en Inglés «Why Chinese Mothers Are Superior» Escrito por Amy Chua para el Wall Street Journal.

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Los hijos de madres chinas son excelentes en tocar un instrumento complicado y en matemáticas.

Mucha gente se pregunta como los chinos logran criar niños tan exitosos. Se preguntan que es lo que hacen estos padres para producir tantos genios matemáticos y prodigios musicales, si acaso es un factor que viene de la familia o si ellos podrían hacerlo también. Pues, lo que les puedo decir es que yo lo he logrado. He aquí algunas de las cosas que nunca permití que mis hijas Sophia y Louisa hicieran:

*Ir a dormir a otra parte (pijamadas)

*Jugar con otros niños

*Estar en una obra escolar

*Quejarse por no estar en una obra escolar

*Ver televisión o jugar en la computador (o con videojuegos)

*Escoger sus propias actividades extracurriculares

*Obtener notas inferiores a un 10

*No ser el mejor estudiante en cada asignatura a excepción de deportes y drama

*Tocar un instrumento diferente al piano o el violín

*No tocar el piano o el violín

Estoy utilizando a la ligera el término «Madres En China» . Conozco algunos padres de Corea, India, Jamaica, Irlanda y Ghana que también califican. También ocurre lo contrario, conozco algunas madres de descendencia china, la mayoría nacidas en Occidente, que no son «Madres Chinas». También estoy utilizando a la ligera el termino «Padres Occidentales». Los Padres Occidentales vienen en todas las variedades.

Pero con todo esto en mente, incluso cuando los padres occidentales creen que son estrictos, ni siquiera se acercan a ser «Madres Chinas». Por ejemplo, mis amigos occidentales que se consideran estrictos, hacen que sus hijos practiquen sus instrumentos media hora al día o una hora cuando mucho. Para una madre china, la primera hora es la parte fácil. Las horas realmente duras son la segunda y la tercera.

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Con el fin de descansar y evitar trabajar con sus hijos, muchos padres los vuelven adictos a la TV o el Internet.

A pesar de nuestros remilgos sobre los estereotipos culturales, hay cientos de estudios que muestran claras diferencias cuantificables entre los chinos y los occidentales cuando se trata de ser padres. En un estudio realizado con 50 madres estadounidenses occidentales y 48 madres inmigrantes chinas, casi el 70% de las madres occidentales dijeron que «presionar a los niños para alcanzar el éxito académico no es bueno» o que «los padres deben cultivar en los niños la idea de que el estudio es divertido». En contraste, cerca del 0% de las madres chinas dijeron algo parecido, o sea ninguna. En cambio la gran mayoría de las madres chinas dijeron que ellos «creían que sus hijos podían ser mejores estudiantes» y que «los logros académicos reflejan una buena crianza» y que si los niños «no eran excelentes en la escuela», entonces «había un problema y los padres no estaban haciendo bien su trabajo». Otros estudios indican que los padres chinos, cuando se les compara con los padres occidentales, pasan aproximadamente diez veces más tiempo cada día realizando actividades académicas con sus hijos. Los niños occidentales, al contrario, suelen participar en actividades deportivas.

Lo que los padres chinos entienden es que nada es divertido hasta que eres bueno en ello. Para ser bueno en cualquier cosa, tienes que esforzarte y trabajar, y los niños por si solos nunca quieren trabajar, por lo cual es crucial dominar sus preferencias. Con frecuencia esto requiere fortaleza de parte de los padres, porque los niños tienden a resistirse; las cosas siempre son más difíciles al principio, que es cuando los padres occidentales suelen rendirse. Pero la estrategia china produce un circulo virtuoso cuando se aplica apropiadamente. La práctica intensa (práctica, práctica, práctica) es crucial para lograr la excelencia, la repetición como rutina es muy subestimada en los Estados Unidos. Una vez los niños empiezan a destacarse en algo, ya sea en matemáticas, piano, fútbol o ballet, o reciben reconocimiento, admiración o satisfacción por ello, empieza a construir confianza y hace que una actividad que antes no era divertida, en un entretenimiento. Esto, a su vez, hace más fácil para los padres hacer que los niños trabajen aún más.

Los padres chinos pueden salirse con la suya en aspectos que los padres occidentales ni siquiera sueñan. Una vez cuando era joven (o quizás más de una vez) cuando me atreví a ser extremadamente irrespetuoso con mi madre, mi padre lleno de furia me llamó «basura» en nuestro dialecto Hokkien nativo. Funcionó de maravilla. Me sentí terrible y profundamente avergonzado de lo que había hecho. Pero no dañó mi autoestima o algo por el estilo. Sabía exactamente las altas expectativas que él tenía de mi. Yo realmente no creía que yo no valiera nada o que en realidad fuera un pedazo de basura.

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La excelencia no depende de la genética, sino del trabajo duro.

Ya en mi vida adulta, una vez hizo lo mismo con Sophia, llamandola basura en inglés, cuando se comportó muy irrespetuosa conmigo. Cuando mencioné lo que había hecho en una cena con amigos, me rechazaron inmediatamente. Una invitada llamada Marcy estaba tan perturbada que se soltó en llanto y tuvo que irse temprano. Mi amiga Susan, la anfitriona, trató de rehabilitarme con los invitados restantes.

El hecho es que los padres chinos pueden hacer cosas que podría parecer inimaginables (y hasta ilegales) para los occidentales. Las madres chinas pueden decirle a sus hijas «Oye, gorda, pierde algo de peso». En contraste, los padres occidentales tiene que darle vueltas al asunto y hablar en terminos de salud y nunca mencionar una mala palabra y aún así sus hijos terminan en terapia por desordenes alimenticios y una imagen negativa de si mismos. (Una vez escuché a un padre occidental llamar a su hija «hermosa e increíblemente competente», ella luego me dijo que aquello la hacía sentir como una basura).

Los padres chinos puede ordenar a sus hijos que se ajuicien. Los padres occidentales solo pueden pedirle a sus hijos que hagan lo mejor que puedan. Los padres chinos pueden decir «Eres un flojo, todos tus compañeros de clase van por encima de ti». En contraste, los padres occidentales tienen que lidiar con sus propios conflictos internos sobre alcanzar sus objetivos y tratar de convencerse que no están decepcionados por como han resultados sus hijos.

He pensado mucho sobre las razones por las cuales los padres chinos siempre se salen con la suya en lo que hacen y creo que hay tres diferencias fundamentales entre la mentalidad paternal de los chinos y los occidentales.

Primero, he notado que los padres occidentales son demasiado delicados acerca de la autoestima de sus hijos. Se preocupan por como se sentirán sus hijos si fracasan en algo y tratan constantemente de tranquilizar a su hijos diciéndoles cuan buenos son a pesar de su desempeño mediocre en un examen o en un recital. En otras palabras, los padres occidentales se preocupan por la psique de sus hijos, los padres chinos, no. Ellos asumen que sus hijos son fuertes, no debiles, y como resultado se comportan de manera muy diferente.

Por ejemplo, si un niño llega a casa con un 8 en una evaluación, un padre occidental felicitaría al niño. La madre chino saltaría de horror y preguntaría que fue lo que salió mal. Si el niño llega a casa con un 7 en la evaluación, algunos padres occidentales aún felicitarían al niño. Otros padres occidentales se sentarían con sus hijos y les expresarían su desaprobación, pero tendrían mucho cuidado de no sentir a sus hijos insuficientes o inseguros y no llamarían a sus hijos «estúpido», «inútil» o «una desgracia». En privado, los padres occidentales, podrían preocuparse por que a sus hijos no les está yendo bien en los exámenes, si es que tienen aptitud en la asignatura o si hay algo mal con el currículo y posiblemente con la escuela. Si las notas del niño no mejoran, ellos podría organizar una reunión con el rector para desafiar la manera como la asignatura está siendo enseñada o para poner en tela de juicio el trabajo del maestro.

Si un niño chino obtiene un 6, lo cual nunca sucederá, primero habría gritos y una explosión de desgarraduras de cabello y vestiduras. La madre china devastada obtendría docenas, tal vez cientos de exámenes de práctica, para trabajar con el niño en ellos hasta que logre obtener un 9 o un 10.

Los padres chinos exigen notas perfectas porque creen que sus hijos pueden obtenerlas. Si su hijo no las obtienen, los padres chinos asumen que es porque el niño no trabajó lo suficiente Por eso la solución al desempeño mediocre siempre es irritar, castigar y avergonzar al niño. El padre chino cree que sus hijos van a ser lo suficientemente fuertes para aceptar la vergüenza y mejorar a partir de ella (Y cuando los niños chinos logran la excelencia, hay mucho ego paternal inflado desparramado en la privacidad del hogar).

En segundo lugar, los padres chinos creen que sus hijos les deben todo. La razón de esto es un tanto confusa, pero probablemente sea una combinación de piedad filial del Confucionismo y el hecho de que los padres han sacrificado y hecho mucho por sus hijos. (Y es cierto, las madres chinas libran una guerra, pasando horas agotadoras enseñando a su hijos personalmente, entrenándolos, interrogándolos y espiándolos). De cualquier manera, la idea es que los niños chinos deben pasar el resto de sus vidas, tratando de pagarle a sus padres, obedeciendo y haciéndolos sentir orgullosos.

Por otro lado, no creo que la mayoría de padres occidentales tenga la misma visión de los hijos en permanente deuda con sus padres. Algunos tienen la visión contraria. Argumentos como «Los niños no eligen a sus padres» o «Ellos no pidieron nacer» suelen surgir. Esto es un concepto terrible para los padres occidentales.

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"Para ser el mejor, debes sufrir lo indecible." Es una lógica de la educación china, en nuestro país como en otros del mundo la protección desmedida de los hijos causa mucho más daño.

Tercero, los padres chinos creen saber exactamente que es lo que le conviene a sus hijos y por tanto pasan por encima de los deseos propios de los niños y sus preferencias. Por eso las niñas chinas no pueden tener novios mientras estén en el colegio y por qué los niños chinos no pueden ir a acampar. También es por eso que ningún niño chino se atrevería a decirle a su madre «Tengo un papel en la obra de teatro del colegio, soy el Pueblerino Número 6, tengo que quedarme después de la escuela para ensayar todos los días de 3 a 7 and también necesitare que me lleven los fines de semana» El cielo ayude a cualquier niño chino que se atreva a decir eso.

No me malentiendan, no es que los padres chinos no les importen sus hijos. Es todo lo contrario. Ellos sacrificarían cualquier cosa por sus hijos. Es solo un modelo paternal completamente diferente.

Los padres occidentales tratan de respetar la individualidad de sus hijos, animándolos a perseguir sus verdaderas pasiones, apoyando sus elecciones y proporcionales un ambiente de completo apoyo. En contraste, los chinos creen que la mejor manera de proteger a sus hijos es preparándolos para el futuro, haciéndoles ver de lo que son capaces y armándolos con habilidades, hábitos de trabajo y confianza interna que nadie podrá quitarles.

La Educación En Colombia: Cantidad Sobre Calidad.

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Para el gobierno Santos este sería el escenario perfecto.

El Tratado de Comercio de Colombia (TLC) con la economía más grande del planeta (Estados Unidos) es prácticamente un hecho. Pero en lugar de prepararnos para este evento maximizando la calidad de la educación, el gobierno de Juan Manuel Santos, por medio de su Ministra de Educación, María Fernanda Campos, están haciendo un esfuerzo desmedido por bajar todos los estándares de calidad con el fin de satisfacer metas porcentuales, inflar estadísticas para que este país parezca ante el mundo mejor de lo que realmente es.

Es un hecho fuera de discusión que la educación pública en los niveles de primaria y secundaria en Colombia es un chiste cuando se le compara con los niveles que existian antes de que un pelmazo como Andrés Pastrana pusiera un pie en la Casa de Nariño. Desde la administración Pastrana se encargaron de hacer inflar como sea, las cifras sobre la presencia y permanencia de estudiantes en las instituciones educativas. Para lograrlo se les ocurrieron un par de ideas geniales. La primera, en lugar de crear cursos de máximo cuarenta estudiantes, se obligó a los colegios a subir esta cuota de estudiantes por grupo (eso sí, sin invertir en calidad de las aulas) y es por eso que hoy en día se ven situaciones tan rídiculas como 70 estudiantes compartiendo una clase, tratando de aprender algo en medio del hacinamiento y la incomodidad. Y segundo, obligaron a todas las secretarías de educación y por tanto a todos los colegios a NO permitir que los estudiantes perdieran el año, y que se les garatizara COMO FUERA su permanencia en la institución so pena de sanciones y acusaciones de violación de derechos en caso contrario.

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La educación en Colombia necesita cura, no maquillaje como quieren estos dos personajes.

Estas dos medidas, han causado un caos de espanto en las instituciones educativas, que sumadas con otros factores como que los padres de hoy en día no les importan un pito los hijos que traen al mundo, han bajado enormemente la calidad de la educación.

Durante el gobierno de Uribe la política se mantuvo y dentro de los pocos cambios positivos se cuenta el de la meritocracia para asignar las plazas dentro de las instituciones, lo cual fue una EXCELENTE idea, puesto que algunos docentes que se encontraban dando clase, por ejemplo de Inglés entendían lo mismo o menos que los estudiantes a los que pretendían enseñar.

Ahora Santos, que es de la misma onda elitista de Pastrana, quieren terminar de joder la educación en este país aplicando las misma políticas con un par de adiciones fenomenales que terminaran por hundir la educación y de paso a la competitividad de nuestro país en un foso sin fondo.

Las Universidades Públicas, a diferencia de los colegios o de algunas universidades privadas, funcionan como un filtro regulatorio. No es cualquier perro el que pasa en una universidad pública, hay que tener cacumen para por lo menos entrar. Y segundo los que entran se enfrentan a un estilo educativo exigente y demandante que no todos pueden soportar, por lo que el que no tiene madera para pararse firme termina retirándose. Medidas como el retiro forzoso de estudiantes que repiten 3 o 4 veces una asignatura y/o tenga un promedio acumulado bajo 3.0 son medidas efectivas para mantener una calidad relativamente alta.

No quiero decir con eso que se deba efectuar una discriminación basada en el coeficiente intelectual de los individuos o de su capacidad intelectual, pero hay que enfrentar el hecho de que todos no nacieron para ser doctores, ingenieros o abogados. La educación superior, se debe garantizar a todos aquellos que se la merezcan, NO a todo el que se gana un devaluado cartón de bachiller.

En lugar de querer garantizarle un precioso título universitario a personas que no tienen ni el talante, ni la inteligencia, ni la formación para ser profesionales, debería la Ministra preocuparse por los miles de buenos estudiantes que si están en los colegios y que se deben quedar en sus casas, en el campo o de mototaxis en las ciudades, y que les ganan el cupo por desinformación o por falta de planificación y conexión entre el nivel de secundaria y el nivel superior.

De todas maneras, el que quiera graduarse que al menos pague los 2, 3, 4 o 5 Millones que cuesta un semestre en una universidad privada, pero que exista un esfuerzo, así sea económico y no académico para que no sea cualquier idiota que no sabe ni donde está parado el que se gradúe (o lo gradúen) a la fuerza.

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Es por estos gobiernos de pacotilla que el país no progresa. Es como una mujer enferma que en lugar de buscar la cura para su problema, usa todo el maquillaje que tiene para ocultar su condición. Así no se puede, así no son las cosas.

¡Arde Londres! (Por ahora)

Una sola chispa hizo falta para que ardiera Londres. Imagen publicada por Wilson Hines en Google+

Nunca se imaginaron las autoridades de Scotland Yard (Nombre con el que se conoce la policía británica) que su falla, ya sea por acción o por omisión en la muerte de Mark Duggan, un hombre de raza negra, acusado (algunos dicen que falsamente) de ser pandillero y vendedor de drogas, causaría el infierno monumental en el que se encuentra la capital del Reino Unido desde hace ya más de 3 días, y que ya se extiende a otras ciudades.

No se hicieron esperar las versiones de que Duggan fue el que inició el tiroteo y que lo que hicieron los policías fue defenderse, y que por eso el hombre de 29 años terminó muerto. No sería la primera vez que la policía, abusando de su poder tratan de limpiar cualquier evidencia de sus crímenes cometidos.

Y de hecho el culpable a señalar por todo esto es la misma policía, ya que todo inicio con una protesta por las infamias cometidas por la policía británica en conjunto con la justicia de dicho país: más de trescientas personas han sido asesinadas mientras estaban bajo la custodia policial en Inglaterra y Gales sin que haya habido una condena.

Los cambios ocurridos en el Reino Unido (similares a los que vienen ocurriendo consistentemente en Europa) que imitan el estilo económico de las Américas, donde los ricos se vuelven cada día más ricos, y la brecha se hace cada vez más grande con la clase más baja, la falta de oportunidades de los jóvenes han influido mucho, lejos están los días del estado benefactor que tan famosa hizo a Europa, un socialismo consciente, donde la economía buscaba el bienestar del pueblo, no donde el pueblo quedara soportando la pesada carga de las corporaciones todopoderosas, que en nada contribuyen a mejorar la calidad de vida de la gente del común.

Pero, lo peor de todo es que el grueso de los que participan en estas manifestaciones, no entienden el problema y ni siquiera hacen reflexión sobre estos temas, ellos son sencillamente el producto de la educación que como sociedad, el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte les ha proporcionado. Muy bien lo dice Philip Womack décadas de pésimas políticas educativas, de la falta de disciplina, del relajo total de la moralidad pública, de los prejuicios, y de la fragmentación de la sociedad, y una mala concepción de libertad, son las causas y el pueblo británico esta pagando un precio muy alto por abandonarse a sí mismo y estar más pendientes de los tabloides que de los múltiples problemas que tienen en casa.

Sin duda en todos nuestros países tenemos mucho que aprender, acá los problemas son de iguales proporciones y una sola chispa hace falta para que todo estalle y se incinere como una flama de dragón que en lugar de apagarse consume todo a su paso sin que haya forma de apagarla.

La Educación: Un Problema Más Allá de las Aulas.

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Los niños de ahora están malcriados, consecuencia de una sociedad enajenada e inmadura.

No deberíamos estar tan sorprendidos por la pésima calidad de la educación en nuestro país. Y no, no es un problema de políticas gubernamentales, al menos no solamente. Parece que a la mayoría se nos olvida que la educación es un proceso que nace y se consolida en el núcleo familiar y sin embargo a la hora de criticar la pereza mental, la irresponsabilidad académica y la actitud altanera e irrespetuosa de los niños y adolescentes nadie se acuerda de que esos problemas se originan en el hogar, no en la escuela.

El problema tiene una profunda raíz cultural…por un lado el proceso de lavado de cerebro que se ha hecho desde hace unas dos décadas de que Castigo=Maltrato Infantil sumado con el hecho de que un gran porcentaje de los padres de hoy en día, digamoslo con franqueza, malcrían a sus hijos ha desembocado en una generación que (primero) cree que se lo merece todo sin esfuerzo y (segundo) piensa que sus acciones no tienen consecuencias.

Con el cuento ese de que si a los niños se les castiga físicamente, se van a traumatizar, se les están violando sus derechos humanos y se les está comprometiendo el futuro, las nuevas generaciones crecen esencialmente sin saber lo que es el castigo, y por tanto les queda bien difícil saber lo que está bien y lo que está mal. Entonces no hay por qué sorprenderse de que haya tantos menores de edad metidos de cabeza en actividades ilícitas, que van desde fraude en los exámenes hasta robos y asesinatos.

Y es que los padres de hoy en día se caracterizan no por corregir y castigar adecuadamente a sus hijos, al contrario se caracterizan por consentirlos. Basados en la desprestigiada excusa de que «Yo quiero lo mejor para mi hijo» han creado un escudo de lo que es la verdadera razón de tal complacencia sin medidas, y es que sencillamente no los soportan. Y aquí no solamente estoy hablando de dinero, en todos los estratos se ve claramente que los padres les proporcionan a sus hijos una libertad que en tiempos de nuestros abuelos jamás se hubiese pensado, los padres prefieren darles a los hijos lo que piden, con tal de no entrar en conflicto con ellos, de no llevarles la contraria, de no aguantarse la pataleta…y como no tienen herramientas para castigarlos, no les queda opción sino complacerlos.

Los pocos hogares que están haciendo las cosas bien, tienen problemas al tratar de hacer cumplir sus reglas, por que sus hijos ven que en otros lugares no sucede lo mismo, ven como sus amigos que no se esfuerzan en el estudio o en colaborar con las tareas del hogar parecen tenerlo todo, desde ropa de marca hasta teléfonos inteligentes, no tienen horario de ver TV y mucho menos de llegada a la casa.

Las políticas del gobierno, sumamente complacientes con los estudiantes mediocres tampoco mejoran la situación, es impensable que estudiantes con 7 y 8 asignaturas perdidas durante todo el año escolar aprueben el año. Pero la prioridad para los gobiernos tanto locales, como nacionales es presentar estadísticas positivas, es importante para ellos decir, que el 99% de los niños asisten al colegio y ganan el año, pero lo que no dicen es que esos niños se encuentran hacinados y que el porcentaje de aprobación es estipulado por ley.

Política que ha graduado de bachilleres a estudiantes que no saben leer, no saben escribir y no saben sacar cuentas, política con la que muchos padres de familia están de acuerdo, porque lo importante no es que aprendan sino que pasen el año. Política que inunda a las universidades públicas y privadas de estudiantes mediocres e ignorantes, que se ganan las asignaturas cometiendo fraude, haciendo trampa y pagando para que les hagan las tareas, generando profesionales mediocres y faltos de ética que encontramos en hospitales, juzgados, EPS’s y sobre todo en las alcaldías, gobernaciones y el congreso.

Si, hay un problema, pero todo ese problema podría tener una solución bastante simple: el que no tenga, o la disposición, o la madurez, o la preparación o los recursos económicos, o el tiempo necesarios para criar un hijo sencillamente no debería tenerlos. 

Si queremos que Colombia salga del atraso y llegue a ser un país prospero, debemos concientizarnos primero, y lo primera plaga que hay que eliminar es la paternidad inmadura e irresponsable. Por último criar cuervos, siempre termina mal, vea el siguiente vídeo y entenderá por que, piénselo dos veces antes de tener hijos y si ya los tiene pues…eso es su problema, pero al menos eduquelos para que no se atrevan a ponerles la mano encima.