
Hace 20 años, el señor Linus Torvald hizo un anuncio que cambiaría las vidas de muchísimas personas en los años por venir. Via web anunció que trabajaría en un sistema operativo libre, pero al mismo tiempo que era solamente «un pasatiempo» y que no sería algo «grande y profesional». El tiempo ha probado equivocadas estas palabras que utilizó Torvald para referirse al producto en el que se encontraba trabajando.
El ejemplo más claro y visible del éxito de Linux, el producto en el que trabajaba el señor Torvald, es el sistema operativo para teléfonos móvil más popular y de mayor crecimiento en todo el mundo: Android, que aunque utiliza su propio kernel distintivo, este se deriva directamente del kernel Linux.
Linux está ampliamente difundido, aunque para el grueso de la población, ese nombre permanezca en la oscuridad.
Desde sistemas de entretenimiento en aviones, sistemas de navegación en autos hasta cajeros automáticos, pasando por un amplio número de aparatos, Linux está presente en nuestra vida, aunque nosotros ni siquiera lo notemos o hayamos escuchado hablar de el.
Esta difusión es posible debido a que Linux no es propiedad de ninguna compañía, miles de Ingenieros contribuyen al kernel Linux con lineas de código que permiten su desarrollo. Hasta ahora dicho kernel (el puente entre las aplicaciones y el procesamiento de datos en el hardware) contiene 14 millones de estas lineas de código y está protegido por más de medio millón de patentes.
A pesar de su éxito y su difusión en otras esferas del desarrollo tecnológico, las computadoras personales son aún territorio de Microsoft, que con su sistema operativo privativo Windows, en sus diferentes versiones, cubre cerca del 92% de este terreno, seguido muy de lejos por OSX, de Apple, con un ínfimo 6% y mucho más lejos los sistemas operativos basados en Linux con un 1%. De muy poco ha servido la tremenda difusión de Linux en los campos mencionados y en otros donde reina como en el de los supercomputadoras y servidores para hacerse con una porción más significativa de la torta del mercado de computadores personales.
Es por eso que Microsoft ya no considera a Linux una amenaza seria, y percive a Google y a Apple como sus competidores directos, reconociendo la enorme superioridad y ventaja que le lleva Linux en el campo de los servidores, y reconociendo a Google, no a Linux, como un competidor creíble en el campo de la tecnología movil.
Microsoft ha hecho muy bien su trabajo asegurando sólidamente su presencia en las computadoras personales, Windows viene preinstalado en la mayoría de estos equipos, sea justo o no, no hay indicios de que las cosas vayan a cambiar por ahora, mucho menos si el grueso de los usuarios no está dispuesto a cambiar el sistema operativo que han conocido por décadas.
El mercado de las tabletas aún no es esperanzador para Linux, siendo en este caso Apple quien lidera el mercado con un sólido 61%, mientras que la visión de Linux by Google Android, está en un 30%.
Es cierto, somos usuarios de Linux, casi todas las páginas web que utilizamos y seguimos a diario funcionan en servidores con Linux, y ya mencionamos la larga lista de aparatos que lo utilizan, sin embargo para el usuario común y corriente el nombre Linux es lejano e indiferente. Incluso los usuarios de Android, que se considera el mayor éxito en la masificación de Linux, suelen ignorar que el sistema operativo que usan tiene algo que ver con eso, sin mencionar que algunos fanáticos de Linux le hacen el quite a Android criticandolo por no ser los suficientemente libre.
En resumen Linux es un jugador importantísimo en el infinito juego tecnológico, y las grandes corporaciones lo saben, y mientras algunas (Microsoft) han tenido un gran éxito manteniendolo a raya en sus dominios, otras (Google) han aprovechado sus cualidades para lanzar productos de gran calidad.
Esta es la historia de un «pasatiempo» que se ha convertido en un gran jugador en el campo tecnológico, contra cualquier pronóstico, incluso de su mismo creador.
Artículo Basado en la nota escrita por Mark Milian para CNN At 20, Linux is Invisible, Ubiquitous.