Teniendo en cuenta que a estas alturas del partido, 47 Ronin ya lleva casi dos meses en cartelera, sobra decir que el siguiente artículo encontrará detalles de la trama, en caso de que usted se quiera decepcionar de la película en el cine, o en el torrent pirata que seguramente ya está descargando en su computador, y no con una entrada de blog cualquiera como esta.
47 Ronin empieza con una premisa muy sencilla: Kai, de padre inglés y madre japonesa, debe sufrir las consecuencias de ser un mestizo, un descastado en lo más rancio de la sociedad guerrera japonesa, sufrirá el desprecio de sus semejantes, hasta que pruebe ser el único capaz de restaurar el honor de uno de los dominios más importantes del Japón Feudal. Hasta ahí suena como interesante, casi como una película de esas con las que Steven Spielberg se solía ganar montones de premios… después de todo ¿A quién no le gusta la historia del pobre infeliz que todo el mundo odia y que termina siendo el héroe del día? Pues, la premisa es interesante, y de haber sido un drama bien montado y dirigido, hasta la hubiese aplaudido, pero dos elementos insertados a la fuerza dañan todo: la magia y Keanu Reeves.
La película, que a grandes rasgos tiene algo de potencial, sufre de una insipidez crónica, al descartar el desarrollo de sus personajes, con efectos especiales para introducir la brujería y la magia donde no caben ni por error. Así mismo, la presencia de Reeves para hacer la película más «estadounidense», no deja de ser ridícula, porque Reeves tiene de mestizo japonés lo que Paris Hilton tiene de indígena Wayuu, o sea nada.

Los personajes, son bastante flojos y planos, ni los villanos se salvan, y eso complementado con unas actuaciones paupérrimas, no dejan mucho que ver al espectador. La historia, precisamente por meterle al mismo tiempo brujería y drama barato se desbarata en los primeros quince minutos y pierde toda la coherencia al final, empezando con las actuaciones del Shogun, de los Ronin… de la bruja… de la princesa… de Keanu Reeves, del director… en fin de todo el mundo.
Los diálogos son el colmo del cliché y la única escena que vale la pena al final, donde los Ronin se toman una boda, la he visto en todas las series de televisión de fantasía habidas y por haber, desde Xena, hasta Juego de Tronos, pasando por Once Upon a Time y Buffy.
Lo único que rescataría una película de estas, diseñada para ser un éxito de taquilla, sería la presentación visual, pero para representar un Japón Feudal mágico, se quedan muy cortos.
Para resumir, 47 Ronin, es uno de esos intentos de película taquillera que combinan una idea exótica con los clichés clásicos de Hollywood, dando como resultado una incoherencia de 118 minutos.
Calificación: 1.50 / 5.00