Ya es un hecho. J.J. Abrams, mundialmente conocido como el creador y productor de series como «Felicity», «Alias» y «Lost» y director de películas como «Cloverfield», «Mission Impossible III», «Super 8» y «Star Trek» ha aterrizado en la producción del nuevo episodio de la saga de «La Guerra de las Galaxias» como director de la cinta que se estrenaría en 2015.

Desbancando a otros candidatos como Ben Affleck y Jon Favreau, Abrams se quedó con el tan codiciado puesto, incluso luego de haber dicho que no lo haría. Pero antes de analizar la conveniencia o no de Abrams como director de Star Wars (incluso para él mismo) sería bueno analizar la conveniencia de la misma cinta en sí. ¿Es necesaria otra película de «Star Wars»?
Luego de la escena final que vimos en el episodio VI, donde las versiones de ultratumba de Anakin Skywalker (Darth Vader), Obi Wan Kenobi y Yoda, parecían estar en paz en el otro mundo luego de la victoria de los rebeldes sobre los remanentes del Imperio (escena que lastimosamente fue alterada después para incluir a Hayden Christensen y a Ewan McGregor de la segunda trilogía) como que ya todo iba a estar bien. Los más grandes enemigos de los Jedi estaban 3 metros bajo tierra (o debajo de cualquier planeta con dos o tres soles) y los rebeldes tenían el poder. Por otro lado, el mismo George Lucas ha patrocinado una serie de material canon que relata lo sucedido justo después del episodio VI, por lo que un episodio VII sería un poco controversial porque o a) no sería sorprendente si incluye la misma historia contada en novelas gráficas patrocinadas por el mismo Lucas o b) Echaría por tierra todo ese material dejando a los fanáticos viendo un chispero. Hay teorías que sugieren que podría incluso tratarse de otra precuela (No, por favor, no) por lo que este material nuevo no entraría en conflicto con ningún otro producido por Lucas. Pero la última palabra la tiene J.J. Abrams… y claro George Lucas.
Aún con todo esto en consideración, diría que en efecto es necesaria otra película (quizás no otra trilogía, pero bueno si no hay de otra) por la simple y llana razón de que los Episodios I, II y III fueron inferiores en casi todos los aspectos a la trilogía original consignada en los episodios IV, V y VI. Star Wars necesita redefinirse y volver a ser la historia épica que marcó una generación a tal punto que ha generado no solo una cultura, sino hasta una religión que miles de personas en el mundo manifiestan profesar.

Ahora ¿Es conveniente que J.J. Abrams la dirija? Teniendo en cuenta el historial cinematográfico de J.J. Abrams, no hay duda que a nivel de manejo argumental, Abrams es un genio. Sus historias están enmarcadas en el drama humano, aunque tengan extraterrestres («Cloverfield»; «Super 8»; «Star Trek») o espías («Mission Impossible III») y utiliza ese drama para magnificar los sucesos extraordinarios que allí suceden. Si hay alguien que puede narrar una historia sobre relaciones humanas ese es Abrams. Y eso fue en parte lo que no funcionó (tan bien?) en los episodios I, II y III donde las relaciones entre los personajes parecían hacerle estorbo a Lucas en su afán por avanzar en la historia
Aquí el asunto no es de idoneidad, que Abrams ha probado sin lugar a dudas, sino de conveniencia. Abrams, al igual que Tom Cruise en algún tiempo, es el niño consentido de Paramount (sus últimas películas han sido distribuidas por este estudio) y el hecho que se pase a Disney (Lucasfilm hace parte de Disney aunque ustedes no lo crean) a hacer parte de la saga más prometedora de los últimos tiempos crearía un conflicto de intereses monumental para el director y productor neoyorquino.
¿Cómo se desenvolverá esta situación? La verdad a estas alturas ya debe estar desenvuelta, sólo falta que el publico conozca los detalles y que no nos dejen viendo un chispero como en el final de «Lost» donde al final nadie supo a ciencia cierta de dónde diablos había salido la mágica isla enclavada en algún lugar del Pacífico.