26 Horas En Cali. (Parte 1/2)

bus
El bus que me sacaría de Sincelejo aquella noche.

Sincelejo, Sucre. Junio 1 de 2012. 9:30 pm.

Apenas con un morral con unas cuantas mudas de ropa, un reproductor de música y mi teléfono celular, salí de casa rumbo a un viaje que sabía que iba ser bastante largo y desgastante, sin embargo era apenas lo necesario para aprovechar la ínfima semana de vacaciones que tenía por delante y que mejor que pasar el fin de semana paseando por la mitad del país. Sabía cual era el plan de viaje, afortunadamente ya me he acostumbrado a viajar en Rápido Ochoa para mis viajes por tierra hasta Medellín y si bien esta ciudad no era mi destino, la posibilidad de recorrerla un poco antes de seguir a mi destino final,  me impulsó a hacer una escala obligada allí, en lugar de seguir directo hasta el Valle del Cauca. Igual, me iba a costar lo mismo y tendría menos flexibilidad. La otra opción era tomar un bus de Expreso Brasilia que hacía un desembarco en Medellín con otra empresa dizque Arauca. Pero de acuerdo con lo poco que había leído la mejor opción era una empresa llamada Bolivariano. Entonces decidí tomar la ruta Sincelejo-Medellín en Rápido Ochoa y el resto Medellín-Cali en Bolivariano.

No había pasado ni 5 minutos desde que llegué a la oficina de Rápido Ochoa cuando la decisión demostró ser acertada. Por ser Junio el día del padre, los varones mayores de edad tenían un 20% de descuento, así que pude ahorrar algo en el camino. No dormí mucho durante el viaje nocturno. Quizás era la excitación, la «fiebre» como le dicen acá en La Costa, la ansiedad por conocer un lugar nuevo lo que no me dejó descansar apropiadamente. Lamentaría eso poco después. Aunque pude hacer siestas cortas, estuve bastante alerta. A diferencia del último viaje que había hecho a Antioquia, este tardó más de lo que hubiese esperado. En el último viaje llegamos a Santa Rosa de Osos en la madrugada, en este ya eran más de las 6 de la mañana, por lo que evidentemente no llegaría a Medellín antes de las 8 de la mañana.

Medellín, Antioquia. Junio 2 de 2012. 8:55 am.

terminal sur
En el Terminal Sur con Vista al Aeropuerto.

Cansado, ojeroso y hambriento había llegado a Medellín. Había llevado galletas y barras de cereal para entretener el hambre, pero mejor decidí esperar a estar en el bus con destino al Valle del Cauca. Llegué al Terminal del Norte, pero desde allí no salen los buses al sur del país. Había que atravesar la ciudad y llegar al Terminal del Sur, así que crucé el puente peatonal y entré a la Estación Caribe, compré dos tiquetes del metro y me dirigí rumbo a la Estación Poblado. Afortunadamente mi morral no era muy grande, así que no tendría que estar aguantando las miradas inquisidoras de los pasajeros del metro, pero igual me resultaba incomodo, porque estaba un tanto abultado. Debí llevar menos cosas.

Una vez en la estación poblado, tenía en mente lo que debía hacer, debía avanzar al oeste por la 10, pero una cosa es como se ve en Google Maps y otra como es en la vida real, no sólo era mucho más lejos de lo que imaginaba, sino que era un tanto menos seguro, puesto que había que cruzar calles donde no había semáforos y había que tener muy bien puestos los zapatos para correr a tiempo, por supuesto siempre siguiendo a los peatones nativos que si sabían lo que hacían, no como yo.

El Terminal del Sur es mucho menos activo (en otras palabras más aburrido) que el Terminal del Norte, llegué aproximadamente a las 9:15 y el bus de Bolivariano saldría a las 10, así que tenía mucho tiempo libre. Una de las cosas que podía hacer mientras tanto era observar el Aeropuerto que queda justo al lado, no es el aeropuerto principal de Medellín, ese queda en Rionegro, pero igual para entretener el ojo un rato, si vale la pena.

Para completar el tiempo, no me quedó otra que esperar y ver vídeos y si, trinar como loco. A las 10:15 salió el bus. A esa hora fue que se medio por probar bocado, La parte del viaje desde Medellín hasta el Eje Cafetero, mientras pasaban una película de policías cristianos, no me pareció la gran cosa. No había mucho que ver en el camino, pero lo que sí había que ver era el precio del almuerzo. 11.000 pesos, pero era comida como para 4 personas. Pero teniendo en cuenta que no había desayunado nada y la hora del almuerzo ya había pasado, pues había que comer todo. Luego, la entrada a los departamentos del eje cafetero, muy bonito todo, definitivamente hay que ir por allá en un próximo viaje.

Entrando al Eje Cafetero.

Tal y como me lo habían dicho, apenas entramos al Valle del Cauca, hubo un cambio. Si, desde allí hasta que llegué a Cali todas las carreteras son de doble calzada. No me quiero ni imaginar el tiempo que hubiese tardado si tan sólo hubiese habido una calzada repleta de tractomulas. Iba observando atentamente en Google Latitude por donde iba. ¿Cómo hacía la gente para orientarse antes de los GPS y los smartphones?

Cali, Valle del Cauca. Junio 2 de 2012. 7:30 pm.

Por fin, luego de tantas horas de viaje había llegado. ¿Impresiones iniciales? Sí, claro. El Terminal de Transportes de Cali no es tan intuitivo como por ejemplo los terminales de Cartagena, Barranquilla o Medellín. Para tomar un taxi había que esperar y si había algo que quería hacer en ese momento no era esperar. afortunadamente una anciana llegó en un taxi y para que el taxista me pudiera recoger tuve que fingir que era algo de ella. Pero resultó bien y pude salir hacía el hotel que era mi destino.

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Escobar: El Patrón Del Mal …¿O El Patrón del Rating?

Luego de semanas de anuncios, anoche por fin se estreno la llamada super-producción del Canal Caracol, basada en la vida del capo más famoso de Colombia y en algún momento del mundo.

narconovela pablo
Poster de la nueva narconovela del Canal Caracol: Escobar: El Patrón del Mal.

Antes de empezar a hablar de «Escobar, El Patrón del Mal» como se llama la serie (creo que narconovela sería un mejor título) hay que anotar que esta no es la primera vez que Caracol Televisión invierte enormes recursos en una producción, y la última vez que lo hizo las cosas le salieron al revés. Por allá en 1999 se estrenó «La Dama del Pantano». Una telenovela de ciencia ficción, que se llevó lo mejor de los recursos del entonces recién nacido Canal para términar fracasando de manera estruendosa. Así mismo las producciones «internacionales» de Caracol, a las que también les ha invertido un «jurgo» de plata nunca han tenido mucho éxito que digamos. Los éxitos de Caracol siempre han sido un tanto «inesperados» incluso para ellos mismos, por ejemplo «Oye Bonita» y su super concurso/reality «Yo Me Llamo» .

Ahora con «Escobar», otra producción en el mal llamado «formato cine», Caracol quiere ponerse al nivel de RCN en la producción de las narconovelas que tan populares se han vuelto en México y en Estados Unidos.

Luego de que en entrevistas a los creadores Juana Uribe y el nieto de Guillermo Cano, ambos afirmaran que se pretendía contar la historia de las víctimas y no convertir a Pablo Escobar en un héroe, resulta desconcertante que al menos en el primer episodio pasó exactamente lo contrario, no sólo se empezó a contar la historia desde la perspectiva de Escobar sino que el personaje es inmediatamente convertido a través de dialogos inteligentes y precisos, en un protagonista simpático y atractivo.

Ya la mitad de los niños y jóvenes de este país, estarán practicando el acento paisa en su colegio, y pensando que sí, sí vale la pena pasarse la ley por la faja, tal como lo hizo Pablito y teniendo en cuenta que ese problemita del desden excesivo por las leyes es lo que ha producido fenómenos (y no únicamente mediáticos) como el del Senador Merlano, los Nule, los Hermanitos Moreno y otros de igual o peor calaña, no me parece tan buena idea ese enfoque hacía el personaje principal de la serie.

Claro, Caracol no puede invertir millones de dólares en una moraleja, dirán algunos, porque lo que vende es el entretenimiento, pero tampoco se le agradece que concentre los televidentes en un producto que va a terminar por formar antivalores, de los que no estamos muy escasos que digamos.

Casi que extrañamos las aventuras de El Man es Germán (casi) por que al menos, aunque hizo que a algunos idiotas inmaduros les pareciera buena idea andar por la vida con los pelos parados y llenos de chuzos por todos lados, y diciendo a toda hora «gas», «gas contigo» y otras perlas idiomáticas, también tenía un componente interesante de valor a la familia y a la amistad.

No se puede juzgar un libro solo por su portada, hay que seguir viendo que es lo que nos ofrece «El Patrón del Mal» en su capítulos por venir, ojalá si sea lo que prometieron los creadores al realizar una crítica seria sobre el comportamiento críminal y no una idealización y magnificación de la delincuencia como medio de vida.

Igual no cabe duda que va a arrasar con el rating, por ahora.

Soy Del Verde … Y Soy Feliz. Memorias de un Costeño hincha del Nacional.

Por EDGARDO DIAZ BAENA @EDGUI1

soynacional

«Soy del verde soy feliz» grita emocionada la fiel hinchada que va alentar al estadio cada vez que se presenta el club de mayor popularidad del futbol colombiano, hay quienes pertenecen a regiones diferentes de donde nació la corporación deportiva atlético nacional y constantemente están expuestos a la típica critica, que se hace cada vez más fuerte. El cuestionamiento es el siguiente, ¿por que eres hincha de nacional si no naciste en Medellín o sus alrededores? Es bastante incomodo enfrentarse a ese cuestionamiento casi a diario, cuando se te da por gritar a viva voz “soy del verde soy feliz” cada vez que el histórico nacional consigue un nuevo título.

Si nos remontamos a la historia, encontramos que no hay club en Colombia que haya conseguido más títulos en el futbol nacional, que la corporación deportiva atlético nacional, mencionar su extenso palmares seria alardear de una fructifica campaña desde sus inicios hasta tiempos modernos. Mejor revísenla ustedes mismos .

Justamente en 1989, en casa ajena, (esto lo digo porque el suceso que voy a contarles no pasó en casa de los que visten de verde y blanco  sino en el estadio Nemesio Camacho el campin la casa de Millonarios y Santa Fé) se jugaba la vuelta de la final de la Copa Libertadores de América el torneo más importante del continente americano y que nunca antes había ganado un equipo colombiano, el equipo que en ese entonces dirigía francisco Maturana, venia de caer 2 por 0 ante el club Olimpia de Paraguay en un difícil encuentro jugado en la ciudad de asunción. El equipo verde se encontraba con un panorama poco alentador tenía la obligación de remontar un difícil 2 a 0 en contra, ante un rival que no era el favorito, sin embargo «El Campín» de Bogotá lucia un lleno total, me atrevo asegurar que el engalanado equipo de Millonarios con todo y su súper estrella Alfredo di Stefano y mucho menos Santafé habrían llevado tanta gente al estadio, el marco era impresionante y la tarea era difícil, pero el público no le falló a nacional Bogotá, Medellín y toda Colombia, estaba atenta al emocionante encuentro que sostendría esa noche el equipo que poseía los mejores jugadores de Colombia.

El cotejo en el primer tiempo termina 0 a 0, el nerviosismo en los más de 50.000 espectadores aumentaba, pero el publico confiaba en el equipo verde y que sus figuras pronto aparecerían. Y fue así, tras el constante ataque del local que en un violento ataque nacional forzó un gol en contra por parte de uno de los centrales del rival, nacional se volcó al ataque y luego de un desborde de «El Palomo» Usurriaga consigue el segundo gol, el que le daría la oportunidad de disputar en penales la final a el equipo local.

Bueno toda esta pequeña reseña histórica no termina aquí y es solo un preámbulo para explicar el por qué, muchos colombianos no nacidos en Medellín y sus alrededores son fieles hinchas de la corporación deportiva atlético nacional, si lo que les he relatado hasta aquí, no los convence entonces quiero dejarle la parte final de esta historia al gran narrador deportivo y culpable de muchos ataques al corazón a amantes del deporte el SEÑOR EDGAR PEREA.

En esta narración se puede escuchar a un patriota no diciendo que fue NACIONAL el que gano, el grita a todo pulmón COLOMBIA campeón de América y es que eso significaba en ese momento tan importante triunfo, no era NACIONAL el que ganaba. En ese instante triunfaba COLOMBIA.

El estadio engalanado lleno de banderas verdes y blancas parecía que se iba a caer, todos brincaban cantaban no se lo creían lo imposible era posible, gracias a esos gladiadores que dieron todo en la cancha, el país era una locura en ese instante todos hacían fuerza por el equipo paisa y como no hacerlo si, el plantel de NACIONAL era la base de la selección Colombia que en ese entonces, le daba alegrías seguidas a todo el país, en el nacional campeón demostraban su talento la columna vertebral de la selección Colombia: René Higuita, Luis Carlos Perea, Andrés escobar, Leonel Álvarez , el “chontico” Herrera, “Barrabas” Gómez, Albeiro Uzurriaga, Alexis García, entre otros. Prácticamente a este equipo le quitaban la camiseta de NACIONAL y le ponían la de la SELECCIÓN COLOMBIA y sumaban al GRAN PIBE VALDERRAMA Y A FREDY RINCON Y Sin olvidar que ese glorioso equipo era dirigido por francisco Maturana, tambien director técnico de la selección Colombia que buscaba su paso al mundial de Italia 1990.

No trato de convencer a nadie que se haga hincha o simpatice con la corporación deportiva atlético nacional, Es que no me cabe en la cabeza quien no se sienta orgulloso de un equipo que solo lo conformaban jugadores nacidos en Colombia, dirigidos por un colombiano. Solo quiero tomar la voz de muchos hinchas que sufren a diario críticas y agravios por ser seguidor de un equipo, que al pasar de los años ha demostrado un buen nivel futbolístico y un exquisito gusto por el juego bonito.

Ser seguidor del Verde no es ser triunfalista, ser seguidor de Nacional es ser amante de un fútbol bonito, es ser seguidor de un equipo que tiene jerarquía y que no se amilana ante nada, que deja el nombre de Colombia en alto cada que toca representarla. Ser seguidor del Verde es ser feliz. «Soy del Verde, y soy feliz»

La Pifiada de la Inauguración del Mundial Sub-20 en Barranquilla

rosanna lignarolo

La decisión de ir al cine a verme el «Capitán América» el viernes pasado, en lugar de verme la inauguración del Mundial Sub-20 que se realiza en nuestra querida Colombia, ha probado ser de lejos una decisión bastante sabia.

Pero luego de días de escuchar por todos lados, comentarios sobre lo pésima que estuvo, no me aguanté la tentación. Y sí, tenían toda la razón, ese espectáculo se puede resumir en una sola palabra: Oscuro.

Si es cuestión de buscar culpables, puedo enumerar una serie de personajes que van desde el presidente Santos, pasando por el presidente de la FIFA, el alcalde Alejandro Char, el distrito de Barranquilla, los luminotécnicos, los bailarines, los que hicieron la lona de 2 toneladas, al río Magdalena, a la temporada de huracanes, a los frentes fríos, a la naturaleza del suelo… en fin, si es cuestión de buscar culpables, nombres no son los que faltan; pero si hay una sola persona a la que hay que señalar por la magnitud de este desastre y esa persona no es otra que Rosanna Lignarolo.

Creo que la confusión inicia desde la planificación. Las inauguraciones de estos eventos son de hecho coreografías montadas, pero (primer error) las coreografías NO siempre significan baile, y para eventos deportivos del tamaño de un Mundial de Fútbol (así sea Sub-20) se espera que el tipo de coreografías sean más acordes al estilo cinematográfico que al estilo de payasada bailable, que fue lo que se presenció en dicha inauguración. Pero además de los estúpidos que no comprendieron eso y asignaron la licitación, la culpable de esto es la misma Rosanna Lignarolo, que de baile y de carnaval y de todo eso sepa mucho, pero de puesta en escena, que es lo que en resumidas cuentas es una Inauguración, esa vieja no sabe absolutamente nada. Parece que no hubiesen visto la Inauguración de los Juegos Centroamericanos que ella misma condujo, que fue de igual o peor calidad.

Y es que incluso si no hubiese fallado la iluminación, ese espectaculo era propio de todo, menos de una inauguración de un evento deportivo. ¿Regiones de Colombia? Perdón Rosanna pero esto NO era la velada de elección y coronación de la señorita Colombia. Y otra. ¿Por que mente ridícula pasa hacer homenaje al Joe Arroyo en esa inauguración? Estamos en un evento INTERNACIONAL, y si todo lo que había hecho ya era de por sí malo, la terminó de embarrar metiendo salsa y bailarines de salsa en la mitad del espectáculo. ¿Acaso la idea no era hacer una exposición de la cultura propia de Colombia? Parece que Rosanna ignoró por completo el hecho de que la Salsa es un ritmo extranjero que nada tiene que ver con la idiosincrasia colombiana. Y por último, está bien que el Carnaval sea patrimonio de la humanidad, que el que lo vive es el que lo goza, y todo lo que quiera sumarle o adicionarle a eso, pero por favor, eso que hicieron ahí no pega ni con colbón.

No es por querer exaltar a ninguna región, pero la inauguración de los IX Juegos Sudaméricanos en Medellín, fue un espectaculo, allí no se dejaron cabos sueltos, se contrató una empresa seria como Dragone Entertainment Group (responsable de la apertura de Euro 2000, A New Day para Celine Dion, y que trabaja en las puestas en escenas del Cirque du Soleil) , ¿por qué dejar este evento en manos de una persona que obviamente no estaba preparada,como Lignarolo?

Ahora me perdonarán en Barranquilla y me da mucha pena, pero (segundo error) asignar este evento tan importante en una ciudad sin experiencia en este tipo de eventos, era un riesgo que NO se debía, ni se podía tomar. La razón no tiene nada que ver con sensacionalismos regionales, es sólo cuestión de ser prácticos. El equipo que más familiarizado está con eventos de esta envergadura NO está en Barranquilla, luminotécnicos, electricistas y toda la mano de obra que se encuentra más preparada, está en las ciudades donde este tipo de eventos son más frecuentes ¿Por qué no se aprovechó la experiencia que tenía Medellín con los Juegos Sudamericanos o la experiencia de Bogotá con los múltiples conciertos y festivales que se llevan a cabo allí?

Lo peor de todo es que quedó mal no sólo la señora Lignarolo, la ciudad de Barranquilla, sino que el mundo entero vio lo que sucedió y esas imágenes quedarán guardadas para la posteridad y no señalarán a como responsable a Rosanna Lignarolo, sino a todos nosotros que conformamos este país.

Bueno creo que un comentario que leí en YouTube resume todo eso: «Sí Shakira participa en ese evento, es el fin de su carrera», y espero que Rosanna Lignarolo siga de jurado en concursos de bailes de salón, que de eso si vimos demasiado en esa inauguración, por que tal y como es señalada hoy día, no la van a buscar ni para hacer las coreografías de las cortes de los quinceañeros.

Por último, hay que reconocer que para celebrar eventos mundiales hay que contar con lo mejor, con los más experimentados, en estos eventos hay que ir por lo seguro, no se puede dejar margen al riesgo, al menos para la próxima (sí la hay) ya habremos escarmentado un poco.

ACTUALIZACIÓN: Imperdonable lo que dicen ahora los encargados de la inauguración entre ellos la señora Madeleine Certain y la amargada esa de Rosanna Lignorola, que ahora además prueba ser una inepta,  «Barranquilla no estaba preparada para un evento de tales magnitudes» las que no estaban preparadas eran ellas, y fue un enorme acto de irresponsabilidad asumir la preparación del evento sin tener la más mínima idea de que era lo que significaba. Definitivamente el PEOR error fue dejarle a la descastada y decadente élite de Barranquilla, un evento que era de todo el país. Que el peso de la justicia caiga sobre todos ellos, empezando por Alejandro Char.

3000 Kilómetros por Colombia (Parte I)

busvistaSincelejo, Sucre. Sábado 4 de Junio de 2011: 9:43 pm. Agarré el morral que siempre utilizo para mis viajes cortos. Se escuchaba la música en las calles, al fin y al cabo era un Sábado de rumba, inicio de mes además. Ya era tarde, la encargada de Expreso Brasilia me había indicado que el bus con destino a Bogotá saldría a las 9:30, por el módico precio de 50 U$, pero me imaginé que ella decía eso con el único fin de hacer que los pasajeros estuviesen a tiempo para el bus que en realidad saldría a las 10 de la noche, pero cuando iba en la moto hacía la troncal, observé los dos buses de esa empresa, entonces sospeché que había perdido el viaje.

En efecto había perdido el bus. Rápidamente me dirigí a la otra empresa que ya sabía que tenía viajes para el interior del país desde mi ciudad, Sincelejo, así que me dirigí a Rapido Ochoa, de suerte el bus que sale para Medellín sale exactamente a las 10, y ya el bus estaba cerrando las puertas cuando, alcance a decirle al tiqueteador que me hiciera un pasaje…35 U$, sabía que gastaría más de lo que hubiese gastado si hubiese hecho el viaje directo, pero ese es el precio de la impuntualidad. No vi mucho del camino, apenas pude dormir los suficiente, despertando de vez en cuando para observar que si íbamos por el camino correcto: Planeta Rica, Tarazá, Yarumal, Santa Rosa de Osos, fueron los que alcancé a ver entre sueño y sueño. Apenas pude ver el amanecer bordeando las montañas cercanas al valle de Aburrá, había llegado a Medellín. En el terminal debía darme prisa, sería demasiado peligroso llegar a Bogotá tarde en la noche un Domingo, conseguí el tiquete por 30 U$, salía a las 8 de la mañana, tenía media hora para desayunar.

Medellín, Antioquia. Domingo 5 de Junio de 2011. 7:56 am. Era hora de subir al bus, no era nada agradable pensar que tenía por delante 13 horas de viaje además de las 9 por las que ya había terminado de pasar, pero era más la ansiedad por llegar que cualquier pereza física o mental que el viaje me produjera en ese momento. No había mucho que ver, sino el inclemente calor que hacía en la parte externa que se lograba colar en el poderoso bus con aire acondicionado. Marinilla, Cocorná, Puerto Triunfo. A eso de la una de la tarde pude avistar el Magdalena, estabamos en La Dorada. La vía por Honda no era la que ibamos a tomar. Fue una tarde de perros, el bus no entró de lleno a Cundinamarca, que estaba a la vista, sino que entró al Tolima. Mariquita, Armero, Cambao. Como a las cuatro de la tarde pude avistar el lugar donde ocurrió la tragedia de Armero. Un Cementerio. Increíble, como la fuerza de la naturaleza doblega el orgullo humano y provoca desastres de este tipo. Todavía quedaban muchas horas de viaje. Una señora como de 70 años, que salió de Medellín estaba encartada con unos mecatos que no le gustaron para nada, los repartió en el bus, al menos me pude entretener un rato. Pasé por lo que alguna vez me dijeron que le decían «las playas de Bogotá», en realidad era Girardot, que era lo más cercano que tenían en la Sabana de Bogotá a una ciudad turistica de Tierra Caliente. Me pareció más bien como un coveñas sin mar. Seguimos por la ruta de La Mesa, otra vez los desfiladeros de espanto en la falda de la cordillera, los peajes, algunos tramos inundados y por fin pude ver las luces de la capital. Al llegar al terminal, tomé mi taxi y me fui rumbo a mi destino.

Bogotá DC, Domingo 5 de Junio de 2011. 8:25 pm. Observando la ciudad desde la ventana de mi taxi, recordé las veces que había llegado a esa ciudad anteriormente y todas las promesas, ahora rotas, que me había hecho a mi mismo de regresar para vivir allí algún día. Una ciudad encantadora, en el centro de todo y a la vez tan distante de donde nací. Llegué al barrio donde un amigo me pudo recibir, afortunadamente, era hora de descansar.

Bogotá DC, Lunes 6 de Junio de 2011. 10:20 a.m. Fui al portal de Transmilenio, decidido a ver la ciudad, en compañía de mi amigo que también debía comprar algunas cosas. Fue bueno llegar y ver otra vez la avenida Jimenez, el llamado Eje Ambiental, luego caminar hasta la séptima que me recordó mucho a otra capital, más al sur en la que estuve alguna vez. Y luego, el mercado de las pulgas, fue raro estar en lugar así, pero más raro aún ver como las cosas que otra gente encontraba inutiles o inservibles otros la compraban, incluso pagando más de lo debido, hasta yo caí en esa red. Había quedado con unos amigos de vernos en el Portal de la 80 a eso de las 3, había hecho calor todo el día, pero depronto cuando iba de regreso empezó a soplar un viento helado. Al regresar al apartamento estaba lloviendo ya. Como pude me cambie y llegué al sitio donde estaban todos. La idea era ir a cine. Nunca jamás en mi vida había hecho una fila por más de 5 minutos para ver una película, tarde casi una hora, afortunadamente un amigo estaba al lado mio. Eran las 5 y la película era a las 8:15, es decir quemamos todo ese tiempo conversando de todo un poco. Al finalizar la película debía volver, al día siguiente debía seguir mi camino.

Bogotá DC, Martes 7 de Junio de 2011, 7:15 am. Observaba la carrera 80 desde el interior del articulado, la oficina de la Universidad Pedagógica, hacia donde me dirigía no estarían abiertas hasta las ocho. El articulado dobló por la Caracas y siguió, no me detuve en la estación de la 72 como debía, puesto que era bastante temprano así que seguí hacía el sur, hasta donde estimé que el viaje de regreso tardaría los suficiente como para llegar en horario de oficina, llevaba todo mi equipaje conmigo, así que no era cómodo, pero como pude llegué hasta la estación de Fucha y de ahí salí de nuevo hacía el Norte. Cuando llegué a la 72 eran las 8:25. Subí hacia la pedagógica entregué todos mis papeles en regla, incluyendo las fotografías que eran de la visa canadiense que nunca prosperó. Regresé a la estación, esta vez debía ir hasta el Portal del Norte. El articulado que tomé sólo llegaba hasta Toberín, así que de ahí tuve que tomar otro hasta el portal. Las indicaciones eran claras, debía atravesar el puente peatonal sobre la Autopista Norte hasta el frente de Almacenes Exito, donde me esperaba el bus que me llevaría hacia mi siguiente destino: Tunja.