Ni siquiera sé por donde empezar a agradecerte. Quizás debería empezar por el hecho más relevante de todos: gracias por traerme al mundo y permitirme ver lo maravillosa que es la vida.
Gracias por cuidarme, por quedarte despierta cuando tenía fiebre, por tratar de calmarme cuando el dolor me hacía llorar, por sentir lo que yo sentía. Gracias.
Gracias por soportarme, y créeme que sé que no es una tarea nada fácil, porque si hasta a mí mismo me cuesta trabajo, sólo puedo imaginar lo que ha sido para ti aguantar tantas pataletas y tantos berrinches y tantas estupideces juntas que he cometido tantas y tantas veces.
Gracias por preocuparte, por pasar toda una tarde con un cinturón en la mano para que me aprendiera las tablas de multiplicar. Por defenderme cuando alguien me atacaba injustamente. Por mirar más allá del presente y pensar en mi futuro.
Gracias por alimentarme, por vestirme, por estar allí, aún cuando te sentías cansada o enferma. Perdóname por no pensar en ti, cuando he debido hacerlo. Perdóname por todas las palabras que no debí decirte y por todas aquellas que quedaron pendientes.
Gracias por enseñarme a ser responsable, a ser fuerte, a ser independiente. Gracias por todas las lecciones que me diste. Por enseñarme que para superarse en la vida no hay límites, aún cuando todo parece estar en nuestra contra. Por mostrarme que aún cuando todo parece estar en nuestra contra, cuando nos tratan con injusticia o con rencor, siempre hay una luz de esperanza más adelante.
Sé que no ha sido fácil desde el principio y yo no te hice las cosas más sencillas. No he sido el mejor hijo del mundo, pero créeme que siempre intento hacer lo correcto, tal y como tu me enseñaste, tal y como siempre te vi, echando para adelante y sin mirar atrás.
Te quise dar las gracias de la única manera en la que puedo hacerlo ahora, con estas palabras que me salen del corazón y del alma y que no alcanzan a expresar lo mucho que te quiero y lo mucho que significas para mi. Cada momento y cada instante que hemos estado juntos como familia no lo cambiaría por nada en el mundo.
Te deseo el mejor Día de las Madres y espero que el próximo año y todos los que siguen podamos compartir estas fechas juntos. Que Dios te bendiga muchísimo y te recompense por todo lo que has hecho por nosotros tus hijos.
Hace mucho tiempo que escribo. Desde aquellas locuras inspiradas por el programa de televisión de moda, pasando por los intentos fallidos de diarios, hasta las prolongadas sagas resumidas en inglés para que nadie las leyera, hasta finalmente este blog y las novelas y cuentos que he podido terminar, siempre me ha asaltado esta pregunta.
¿En realidad empecé a escribir para mi o para que otros leyeran lo que escribo? Quisiera creer que era una de las dos opciones, pero me estaría mintiendo a mi mismo, si he de ser sincero empecé a escribir con la esperanza de que otros me leyeran, aunque en realidad no era demasiado optimista. Me decía a mi mismo que si al menos una persona le interesaba lo que yo escribía me daba por bien servido.
Ahora, 3 años después de haberme lanzado al ruedo de escribir y publicar, me he dado cuenta que en alguna parte del camino he perdido parte de mi motivación inicial, en parte debido a que ya encontré mi propia voz.
Es un proceso complejo llegar a ese momento en que dices «así, así es como quiero escribir», pero también me he dado cuenta que en este proceso he cometido muchos errores, siendo el más grande de ellos esperar que a alguien le guste lo que yo escribo.
He decido escribir no esperando buenos comentarios, o felicitaciones o incluso vistas en mi blog, un blog en el que dicho sea de paso no gano ni un sólo peso, pero que me da la posibilidad de plasmar por escrito tantas cosas que pasan por mi mente y que quiero ver traducidas en palabras.
Quiero escribir para mí mismo, y ser yo el que se sienta contento y satisfecho con lo que escribo. Si a alguien más le gusta lo que hago es punto extra, pero no es mi objetivo número uno.
Extraño aquellos días en los que me sentaba frente al computador y escribía naturalmente, sin medir las palabras, sin pensar en quien o cuál se podría ofender con lo que escribo y sobre todo, sin discriminar temas porque no serían lo suficientemente interesantes. Quiero escribir lo que me sale del alma y del corazón, porque me hace sentir que tengo el poder sobre algo, porque es lo que siempre he amado a hacer desde niño, porque es lo que me hace sentir bien.
Quizás en unos días, en unos meses, o en unos años vuelva a sentirme satisfecho con lo que escribo y con lo que publicó, por lo menos ya empecé dando el primer paso.
Hacía ratos que no escribía un post en el que hablara de mi mismo. Sí, es más sencillo perderse en el mar de las opiniones de cosas externas, de la política, de la música, de la televisión, del cine, que dar una mirada al interior y analizar sin miedos todas aquellas cosas que hacen parte de nosotros. Ha iniciado un nuevo año y creo que es un buen momento para empezar a hacer una lista de propósitos para este año, con el firme propósito de verificar el 1 de Enero de 2014, si en realidad los cumplí o pasarán a la historia como una lista más de chachara escrita por mi.
Sí, ya me he gastado un año completo tratando de terminar mi trabajo de grado. La verdad le he dedicado más tiempo a otras cosas como por ejemplo trabajar, escribir mis novelas, ver vídeos en youtube, estar en la clínica enfermo, salir de rumba de vez en cuando, pero en realidad no le dedicado mucho tiempo a mi trabajo de grado. Prefiero dedicarle tiempo de calidad, cada día por la mañana le trabajo un poquito y le añado cosas importantes. Ya voy por la discusión y las conclusiones, así que no debería ser tan difícil terminarlo ¿o sí?
Y claro terminar el trabajo de grado no quiere decir que me voy a graduar de inmediato, aunque yo guardo las esperanzas de que por algún milagro o casualidad del destino si va a suceder algo parecido. Es un firme propósito para este año graduarme de la especialización que inicié en 2010 y miren, ya estamos en 2013 y no la he terminado. Bueno, a decir verdad eso es lo que sucede cuando uno hace las cosas obligado. El incentivo económico no es lo suficientemente bueno como para andar de lamesuelas, que es lo que en resumidas cuentas quieren algunos con unos puestos dizque importantes. Pero así me toque ponerme cansón y molestoso graduarme este año es otro de mis propósitos.
Hace un año terminé mi primera novela, titulada «El Mototaxi» y pues el año pasado se me ocurrió escribir una secuela a dicho libro, titulada «El Mototaxi: Express» y también empecé el libro final llamado «El Mototaxi: Extremo» aunque voy por el capítulo 6 y ya tengo listo el argumento central y el número de capítulos, siempre es medio difícil dedicarle tiempo a escribir. Sólo dedicarle tiempo, puesto que escribir en sí es lo que me gusta hacer. Este año toca concluir la historia de Nane, Pechi, Cindy y Laura y espero hacerlo pronto.
Luego de terminar «El Mototaxi» intenté escribir una novela llamada «La Maldición del Karaoke» que más por falta de planeación y de tiempo no pude terminar, está disponible en mi colección de cuentos pero realmente deseo empezar a escribir otra historia, diferente, con otros personajes, pero el primer paso es elegirla, estoy entre dos historias que he venido trabajando hace tiempos, pero requieren de cierta investigación geográfica que no se si podré hacer antes de Semana Santa. Pero la idea, primero es elegirla.
Y pues claro después de elegir la historia lo que sigue es escribirla. Quiero escribir una novela igual de ligera y práctica que la primera de «El Mototaxi» pero en otro ambiente, en otro lugar, con nuevas motivaciones. Quiero divertirme escribiendo y eso es lo que planeo hacer.
Por ahí escuché que no vale la pene leer lo que escribe alguien que no lee y ese es mi propósito este año. Leer al menos 6 libros, uno cada dos meses, es un buen propósito. El año pasado me leí 6 libros, cinco de los cuales eran de la Canción de Hielo y Fuego y creo que si me leí esos monstruos literarios, puedo con libros más sencillos que me nutran más como escritor.
Desde que cree este blog en 2010, ha sido una válvula de escape a situaciones y momentos que de otra manera quizás ya me hubiesen vuelto loco. Se que últimamente no he sido tan prolífico como en el segundo año (2011) pero se que a la hora de publicar hay que publicar no solo cantidad, sino calidad también. Claro eso acompañado de uno que otro post picante no queda mal. Si algún día he de abandonar este blog no será ahora.
Siempre me han dicho que soy un ingrato, un «dejado», y hasta malagradecido porque aparezco por temporadas, me dicen que me pierdo. Tienen razón, al menos en parte, no soy alguien meloso al que le guste estar persiguiendo a la gente, me gusta comunicarme de vez en cuando no más. Pero también me he dado cuenta que ese «de vez en cuando» parece ser mucho más tiempo del que imaginaba. Más ahora cuando hay facebook, twitter, whatsapp, line, viber y todas esas maricadas para comunicarse. Vale la pena llamar, mandar mensajes a la familia, a los amigos que están allí para uno cuando los necesita.
El problema que tengo con los gimnasios es que me aburren, luego de cierto tiempo me queda en la cabeza la idea de que puedo hacer cosas mucho mejores con mi tiempo que ir a cansarme tirando hierros y atesando mis músculos. Y por otro lado también es financieramente un tanto agotador, no solo es el tiempo con el que puedo hacer otras cosas, también con la plata. Pero en definitiva me dijeron que fortalecer el cuerpo es bueno para evitar el dolor inimaginable de los cálculos, así que viene siendo una buena idea ir al gimnasio. Claro que iré a una hora en la que no haya demasiada gente, probablemente en la noche donde la sensación de «no deberías estar haciendo esto» se aplaque.
Salir del país será mi propósito este año, así sea a Panamá, a Ecuador o a Venezuela, pero hay que salir y explorar nuevos mundos ¿Pero con qué plata? Pues con la que se puede ahorrar. Hay que ahorrar un poco de dinero para salir y estampar el pasaporte, pero de que salgo del país salgo. No me va a pasar lo mismo de este año que por no tener el dinero no salí a ninguna parte. No señor. Hay que sacrificarse y hacer esfuerzo y eso pienso hacer.
Aún no se si esos serán todos mis propósitos para este año, lo que sí se es que nada es imposible para quien tiene ganas y voluntad y eso, modestia aparte, es lo que me sobra (en ocasiones). Por ahora solo es cuestión de desearles a todos un Feliz Año lleno de prosperidad, salud y amor y que la llegada del 2014 sea la fecha en que nos demos cuenta que se han cumplido algunos de nuestros sueños.
Hace un año exactamente decidí hacer un posten mi blog donde resumía un poco lo que me había sucedido ese año, como para quitarme la idea de la cabeza de que «un año pasa volando», después de todo un año que se va nunca regresa y pasan tantas cosas que olvidamos que le terminamos dando la razón al estúpido dicho no tanto porque sea cierto sino porque simplemente dejamos que los recuerdos se queden atrás mientras nosotros vamos a toda velocidad por la autopista de la vida.
Pero me quedó una duda en la mente ¿cómo podré recordar el año 2012 de manera diferente aquí en el blog? Pues la respuesta es con canciones. Este año, como todos los anteriores, ha habido canciones que se quedaron sonando en mi cabeza y cada una de esas canciones representa un momento de estos 365 días que ya llegan a su fin en unas horas.
Comencé el año con la mejor película que me he visto, no sólo en el año, sino en la década y probablemente en mi vida, y la tonada que la acompañaba se me quedó en la cabeza a principios de enero. Real human being, and a real hero.
Esa fue la antesala al final de las vacaciones, a las que no fui a ninguna parte, pero que sin embargo disfruté mucho. Pasó el mes más corto del año y entre trabajo y trabajo, la música era mi única compañía en las tardes interminables en mi hamaca, claro que RedOne siempre estuvo conmigo, y aunque muchos odien a Justin Bieber creo que esta canción con Far East Movement es sensacional y estuvo en mi cabeza en Marzo.
Y por supuesto la segunda temporada de Juego de Tronos, que estuvo sensacional, a pesar de no parecerse tanto a los libros. Debo decir que ese fue uno de mis logros este año, leer los cinco libros de La Canción de Hielo y Fuego NO es tarea fácil, pero sin embargo esta cancioncita me dio ánimos.
Este año también me sirvió para darme cuenta que mi inglés no es TAN bueno como creía, no de verdad, una canción que costó trabajo colaborativo, una hoja de Google Docs y la intervención de la misma cantante para completar la letra lo demostró. Melanie Fontana, excelente compositora nos ayudó con esta pegajosa canción, que estuvo en mi cabeza por los tiempos de la locura de Mayo, con tanto trabajo y con mi nuevo celular, mi Samsung Galaxy ACE, que al final no es tan buen celular como me había dicho.
Con Junio, llegaron las vacaciones de mitad de año y con ellas mi tan esperado viaje a Cali, donde conocí (por fin) a mis amigos Andrés y Ricardo, y claro se pasó bien rico, pero faltó tiempo para disfrutar más de la Sucursal del Cielo. Dicho viaje significó el fin de 4 meses de relación con alguien que sencillamente no me entendió, como siempre sucede. Y claro Max Martin y Def Leppard estuvieron conmigo todo el tiempo.
Y fue luego de mitad de año que se me ocurrió la idea de mudarme sólo. Por primera vez en mi vida tuve que vivir sin nadie más que me acompañara. Bueno, no es que nunca hubiese tenido que responder por mi mismo, pero era la primera vez que estaba yo con un apartamento para mi sólo, donde tenía que pagar las cuentas, estar pendiente del aseo, de lavar mi ropa, de todo. Y es más divertido de lo que parece, más aún si es en compañía de Jessie J. Y claro de mi Samsung Galaxy ACE al que también se le quebró la pantalla, por andar de despistado.
Y claro, entre vivir solo y las horas extras del trabajo, había que disfrutar mucho de la música o terminaría finalmente volviéndome loco. Bruno Mars, con su soundtrack de una de las películas de crepúsculo, Kate Hudson con su participación en Glee, Demi Lovato, que me sorprendió con su nuevo album, Usher en colaboración con Max Martin y hasta Miranda Cosgroove se pelearon el título de la canción que más busqué en Grooveshark.
Y como siempre mi año laboral terminó con largas jornadas sin dormir, el estrés por las nubes y unas ganas terribles de volver a Sincelejo. Claro es que en mi tierra la paso muy rico, además de que me metí en un problema por andar de recadero (jajajajaja) y tratando de recuperar a mi mejor amigo y entre los vaciles que nunca faltan y que aveces parecen que van en serio, pero al final como que siempre no. Quién mejor que Silvestre Dangond para acompañarme en este dilema.
Y finalmente llegó mi cumpleaños. Fue la primera vez, que yo recuerde, que lo recibí a medianoche con gente acompañandome y hasta estuve de buenas porque me regalaron una cerveza, por cuenta del lugar donde me cogieron los 28 años. Y por supuesto mi motocicleta, que luego de tantos intentos, finalmente conseguí. Y Adele, que no es que me caiga muy bien, por primera vez subió al número uno de mis favoritos.
Y finalmente llegó el fin de año, que entre gastos de ropa, zapatos, televisores y tablets, además de un par de salidas sencillas, se gastó salario, primas y todo lo demás. Y fueron las niñas de Fifth Harmony, sí, las de The X-Factor las que tuve en mi cabeza todo este tiempo. Ojalá que el año que viene traiga nuevas cosas, nuevos aprendizajes y por supuesto nuevas canciones, porque después de todo, aunque suene machacado, la vida es una canción.
P.D. Ah y se me olvidaba, el mundo no se acabó. Gracias Mayas por dejarnos vivir un poco más.
No. No pretendo hablar de los bloqueos en facebook, twitter, linkedin o google+, aunque esos estén a la orden del día para alguien que, como yo, dice la verdad le duela a quien le duela. Pero como ya dije no es ese el tipo de bloqueo del que pretendo hablar. Es del bloqueo que se presenta a la hora de escribir.
Recuerdo haber escrito desde que era muy niño, desde que tenía seis o siete años era ya la víctima favorita de los regaños de mi mamá por arrancarle hojas a los cuadernos para redactar obras que en ese momento no eran más que bocetos de fanfiction. Siempre veía televisión de manera crítica, pensaba que pasaría si en lugar de esto hubiese pasado esto otro, si hubiese agregado un personaje así o de la otra manera. Igual siempre andaba escondiendo esos bocetos o quemándolos puesto que cuando mi papá los encontraba no hacía otra cosa que burlarse de lo que escribía. Así por lo general luego deje el papel y el lápiz a un lado y guardaba todo en mi imaginación.
No recuerdo bien cuantas historias me invente de niño, habrán sido muchas, porque cualquier cosa activaba el gatillo necesario para empezar a imaginar. Desde historias de romance, hasta fantasía estilo manga, recuerdo haber tenido mucho que escribir, pero sólo hasta que dejé el drama del colegio y entré a la universidad me puse realmente las pilas.
Gracias a que me asignaban una suma de dinero cada quince días, pude apartar algo para las cosas que necesitaba para escribir. Así fue como me empecé a hacerme de cuadernos y hojas enteras en las que me ponía a escribir las locuras que se me pasaban por la cabeza. Claro, eso significó muchas caminatas porque me gastaba la plata de los buses en cuadernos y lapiceros. Otra cosa, era imperativo que nadie entendiera lo que escribía, no me iba a quedar tranquilo sabiendo que alguien en mi casa podía leer mis locuras. Así fue como diccionario de inglés a la mano, redactaba todo en ese idioma. Una vez mi papá me amenazó con mandar a traducir todo lo que tenía en los cuadernos. No creo que hubiese tenido los suficiente. Cuando me gradué de Ingeniero tenía una gaveta llena de apuntes, cuadernos, hojas sueltas, todas escritas en inglés con las cosas que escribía.
Luego, en mi etapa como víctima de las negligencias de Humanavivir, apenas empecé a tratar de organizar mejor aquella información, pasándola a formato digital, pero al mismo tiempo hacía lo mismo con mis apuntes de mis materias. Es una tarea tan titánica que aún hoy no he terminado.
Finalmente cuando empecé a trabajar, lejos de mi casa, y en busca de matar los ratos de soledad y aburrimiento decidí crear este blog. Ha sido un ejercicio bastante interesante y constructivo. Me ayudó a encontrar mi estilo y a no tenerle miedo a las letras, que se han revelado como la mejor manera de lidiar con mis demonios internos. De ahí pude también escribir ficción, pero ya concreta no como bocetos ni apuntes. Primero en cuentos y luego en trabajos más extensos.
Pero es en ese proceso donde he encontrado los bloqueos. Mi primer bloqueo fue cuando escribía mi novela «El Mototaxi«, llegué a un punto en el que literalmente no sabía que más escribir, se me agotaron las ideas y tuve que pasar dos días soñando despierto para poder saber como seguía la historia. El segundo bloqueo me sucedió hace poco, y fue leyendo uno de los posts del blog de @ellerysammy. Era un post sobre lo ridículo que es estigmatizar las band boys y al que las escucha. Era un artículo tan bien redactado y fresco que por un momento mi mente de escritor se empezó a preguntar ¿por qué no se me había ocurrido a mi antes?. Fue un bloqueo más prolongado que el que tuve cuando escribí la novela. Así lo atestiguan los 3 posts que escribí en Agosto, nada comparado con los más de 10 que solían publicar en mi blog mensualmente.
El hecho de que estuviera asistiendo a clases, trabajando y escribiendo el libro 2 de mi novela, no ayudó en mucho, así que luego que pude darme un respiro pude seguir escribiendo, como antes.
El bloqueo terminó hace muchos días, pero no había escrito sobre él precisamente para que coincidiera con el post 300. Sí, este es mi tricentésimo post y sigo orgulloso de haber tomado la decisión de escribir, pese al miedo y a los inconvenientes y a las ocupaciones. Me tomó dos años y un par de meses llegar hasta esta marca personal. Quiere decir que este paso llegaré al post 1000 para el 2018. Eso sí, si otro bloqueo no se avecina en el camino.