Un recorrido hasta La Bombonera, Caminando por Buenos Aires

Esa mañana había decidido salir a conocer el legendario estadio apodado «La Bombonera». Había visto los mapas que suministraba el hotel, mapas que habría de llevar a Colombia días después como recuerdo, y no parecía una gran travesía ir desde el lugar donde me estaba hospedando en San Telmo, hasta La Boca.

Me puse mis zapatos deportivos North Star, que tanto me habían servido y decidí tomar rumbo hacía el estadio. Caminé por Venezuela hasta la Av.Paseo Colón y por un error de lectura en el mapa fije rumbo hacía el norte y no hacía el sur, por eso terminé de nuevo en la Casa Rosada, rectifiqué en el mapa, y entonces dí vuelta. Llevaba mi recién comprado buzo azul y el cabello sin peinar, todo con el fin de encajar un poco más y no parecer el típico turista perdido, presa fácil de los criminales.

Camine deprisa la Av. Paseo Colón rumbo hacia el Sur. Entrando pude ver cruzando la calle un edificio sensacional, que no se por qué me recordó uno que había visto en un documental sobre Canadá, era el edificio del Ministerio de la Defensa, que precisamente para aquella época se encontraba en mantenimiento o algo así. Crucé rapidamente la Av. Belgrano, de nuevo Venezuela, México y Chile. Iba por una especie de anden cubierto, porque encima estaba precisamente el resto del edificio. Parecía ser una zona de bancos o de oficinas públicas.

argentinadef
Edificio del Ministerio de Defensa de Argentina

Al llegar a Av. Independencia crucé a la acera de enfrente. Debía estar de aquel lado y como sabía que habría un cruce mas adelante, hacerlo sería más complicado. Justo allí se alzaba un edificio impresionante: La facultad de Ingeniería de la UBA (Universidad de Buenos Aires ¬¬) en realidad una obra arquitectónica interesante. Luego pasé, aunque sin prestarle mucha atención al edificio del Ministerio de Agricultura.

Seguí caminando. Debía estar muy pendiente a la desviación que debía tomar, y aunque me sorprendía cada paso que daba, cada edificio, cada calle, cada centímetro, también sabía que cada minuto que permaneciera lejos del hotel, significaba peligro, así que me concentré en caminar. Luego de las edificaciones y edificios importantes, seguían, si mis recuerdos no me engañan una serie de negocios de todo tipo, desde ventas de partes automotrices hasta panaderias.

Creo que llevaba casi una hora caminando y no creía estar siquiera a la mitad del camino. Entonces vi el puente, la desviación debía estar cerca. Entonces vi un lugar que me inspiró al mismo tiempo miedo y asombro. Según vi en la etiqueta de la obra, fue allí donde el gobierno de la dictadura torturó y desapareció a cientos de ciudadanos. Claro no era la obra en sí la que daba miedo, sino la cantidad de fotografías que se alzaban allí. Parecía más bien como una exacavación a medio terminar.

Quería tomar fotos, pero tomar fotos debajo de un puente vehicular, luciendo como yo luzco, gritaría TURISTA, así que seguí. Igual el estadio estaba cada vez más cerca. La desviación estaba allí, mismo, cruzando había una especie de zona verde y las indicaciones eran claras según los carteles. Debía tomar la Av. Almirante Brown. Seguí caminando, luego de un rato era una zona como mas amigable, había más cafeterías, restaurantes y más arboles hermosamente teñidos con los colores del Otoño. Y algo que me sorprendió aún más una vía férrea. Creo que esa es la imagen que más me quedó de esa caminata. Entonces debía desviarme hacia la otra acera. Crucé la calle y llegué a una especie de lote baldío, en cuyo fondo se veía claramente mi destino: La Bombonera.

lejosestadio
Este fue el camino que elegí para llegar al estadio.

Caminé y caminé, y llegué hasta un punto donde parecía ser que vendían las boletas, me abordaron un par de sujetos pidiéndome que les comprara boletas. Bueno creo que me impresionó la apariencia un poco diabólica de aquellos sujetos, pero creo que lo que querían era sus boletas porque al parecer allá no venden a una sola persona tantas boletas como si sucede por estas latitudes.

nera
La Bombonera desde afuera.

Me confundí, el estadio debía estar cerca, pero no sabía como llegar, la calle donde estaba la boletaría era una calle sellada, así que di la vuelta por aquel barrio: La Boca. Es sin lugar a dudas un lugar hermoso, había ventas de camisetas, las casas pintadas de los colores de Boca, murales en fin. Y al fondo de la calle, estaba el estadio. Cerrado. No habría recorridos puesto que había un partido esa noche (por eso estaban aquellos hinchas comprando las boletas) Pude ver, sin embargo, pude tomar muchísimas fotos de una especie del «paseo de la fama» donde casualmente estaban varios colombiano, incluyendo a Oscar Cordoba. Hasta hubo un par de turistas que me pidieron que les tomara una fotografía. Bueno luego de semejante paseo, y de tantos recuerdos en forma digital, era importante registrarlos en el 2.0 y la caminata de regreso no era corta. Había visto el estadio por fuera no por dentro. Esa noche viendo las noticias supe que Martín Palermo se había consagrado en el juego como el máximo goleador de Boca Juniors con un total de 220 tantos. En aquel mismo estadio que unas horas antes había observado desde afuera.

¿Sigue siendo América Latina el Patio trasero de Estados Unidos?

Traducción NO literal del articulo original de la revista The Economist.

La nueva promesa de América Latina y la necesidad de una nueva actitud al norte del Rio Grande.

Este año se cumplen 200 años del inicio de América Latina por la independencia política de la Corona Española.  No se puede culpar a los extranjeros por concluir que no hay mucho que celebrar por allá. En México, que festejó su Bicentenario hace algunos días,  las bandas narcotraficantes se han enfrentado al gobierno en una campaña con una nivel de violencia que no se había visto desde los tiempos de la Revolución Méxicana hace ya casi un siglo. El reciente descubrimiento de 72 cadáveres, posiblemente inmigrantes de tan lejos al sur como Brasil, en un granero en el norte de México, no solo marca una nueva marca en la escalada violenta, sino que también es un recordatorio de que algunos latinoamericanos siguen frustrados por la falta de oportunidades en sus propios países, y corren terribles riesgos en la búsqueda del esquivo sueño Americano al norte de la frontera.

La democracia puede que haya remplazado a los dictadores de antaño (a excepción, claro está de la isla de Cuba que todavía pertenece a Castro) pero los muchos otros vicios latinoamericanos como la corrupción y la injusticia parecen estar más atrincherados que nunca. Igual que los Caudillos (neo-dictatoriales) como Hugo Chavez en Venezuela que ha dilapidado la gran bonanza petrolera del país, con el fin de ganar a toda costa la elección legislativa que tiene lugar este mes.

Un Renacimiento Económico.

Ahora, mirando más allá de los titulares y como lo indica nuestro reporte especial, algo extraordinario está ocurriendo en América Latina.  Por cinco años hasta 2008, las economías de la región crecieron 5.5% mientras que la inflación permaneció en un solo digito. La crisis financiera interrumpió solo brevemente este crecimiento, crisis en la que por primera vez América Latina era solo un inocente espectador, no el protagonista. Este año la economía de la región crecerá más del 5%. El crecimiento económico va de la mano con el progreso social. Decenas de millones de Latinoamericanos han salido de la pobreza y se han unido a una creciente clase media-baja. Aunque la distribución de ingresos permanece mas desigual que en cualquier rincón del globo, al menos se está reduciendo en la mayoría de los paises. Mientras que los peleones políticos vociferan tonterías sobre integración, los negocios de la región muy calladamente están haciendo el trabajo y testigo de ellos es el cohorte emergente de las «multilatinas».

A la vez que enfrentan dificultades en una China cada vez más complicada, las multinacionales del mundo rico están empezando a mirar a América Latina con un nuevo interés.  Martin Sorrell, un publicista británico, habla del «Amanecer de la Década de América Latina». Brasil, la gran potencia regional es la causa de la mayor parte de esta excitación. Pero Chile, Colombia y Perú están creciendo generosamente e incluso México está avanzando, a pesar de la narco-violencia y la profunda recesión  ocasionada por sus estrechísimos lazos con la enferma economía de los Estados Unidos.

Hay dos factores detrás del renacimiento de América Latina: el primero es el apetito de China y la India por materias primas en las que el continente está muy bien dotado. Pero el segundo factor son las mejoras en el manejo económico que ha traído estabilidad a una región que ha cojeado por mucho tiempo por causa de la inflación y ha fomentado una expansión rápida pero sustentable del crédito de un sistema bancario bien regulado. Dentro de estos dos factores, se ha creado un circulo virtuoso en el que el crecimiento de las exportaciones se equilibra con el crecimiento del mercado doméstico. Ya que fueron fiscalmente más responsables durante la bonanza pasada que en las que ocurrieron antes, los gobiernos pudieron permitirse medidas de estímulo durante la recesión. Hay una lección aquí para el Sur de Europa: América Latina reaccionó a su crisis de deuda soberana de los años 80 con reformas radicales,  deuda que se ha ido pagando con el tiempo.

El Peligro de la Satisfacción

El peligro para América Latina es la satisfacción. Comparada con la mayor parte de Asia, América Latina continua sufriendo de discapacidades auto-infligidas, a excepción de la agricultura, la productividad está creciendo más lento que en cualquier otro lugar. La región ni ahorra ni invierte lo suficiente, ni educa ni innova. Por causa de regulaciones obsoletas la mitad de la fuerza laboral se encuentra en la economía informal, incapaz de cosechar las ganancias en productividad que surgen de la tecnología y la economía de mayor escala.

Arreglar estos problemas requiere que los líderes políticos de América Latina redescubran el apetito por las reformas. La democracia ha traído mejoras en la política social: los gobiernos están gastando en los antes descuidados pobres, parcialmente a través de esquemas de transferencia condicional de efectivo, una iniciativa en la que América Latina es pionera. Pero hay más necesidades por suplir , especialmente a mejorar las escuelas y el servicio de salud,  para que así TODOS tengan la oportunidad de salir adelante. También se necesita un gran acuerdo para frenar la economía informal, en el cual las reformas en el mercado laboral se vinculen con una fuerte red de seguridad social. E incluso si algunas cosas como la infraestructura, la investigación y el desarrollo sencillamente necesitan mas gasto gubernamental, la preocupación es que el triunfalismo por haber escapado de la crisis financiera promueva el retorno a una participación mayor y obsoleta del estado en la economía (a pesar del fracaso de estas políticas en la región en el pasado).

Llevar a cabo estas cosas será mas facil si las relaciones con los Estados Unidos mejoran. América Latina necesita liberarse de sus viejos resentimientos, manifiestos en la obsesión del «señor» Chavez con estar en el odiado patio trasero yanqui. Las potencias mucho más inteligentes como Brasil, deberían oponerse mas notablemente a esa estupidez. A medida que empiecen a adentrarse en el escenario mundial, trabajar con los Estados Unidos será un factor cada vez más importante.

La actitud de los Estados Unidos también necesita cambiar. Las preocupaciones sobre la criminalidad y la migración (simbolizadas por el muro que se construye a lo largo de la frontera Sur) han llevado a concentrarse más en los riesgos de las relaciones con sus vecinos que en las ventajas. Esto es bastante extraño cuando los latinos son el segundo grupo étnico más grande en el Norte (ver este articulo), así como contraproducente ya que mientras mientras más abierto sea Estados Unidos a América Latina, mayores las oportunidades de crear properidad, que al fin de cuentas es la mejor protección contra el conflicto y los desordenes. Después de dos siglos quedando rezagados, las partes  Central y Sur de las Americas están por fin cumpliendo su potencial. Para ayudar a cementar ese éxito, sus primos del Norte deben construir puentes, no muros.