Luego de un año de espera, demasiado corto para mi gusto, se estrenó la tercera película de la saga de Divergente, que a pesar de llevar el mismo título del último libro de la serie, desafortunadamente para el cine, la humanidad y todos los seres vivientes y partículas de materia del universo conocido y por conocer, no es la última. Y es que en una genial decisión de primer minuto, Lionsgate decidió hacerle creer a todo el mundo que habían optado por la muy sabia decisión de no dividir el último libro en dos partes, como… bueno como todo el mundo, sino hacer la diferencia y lanzar una sola película. Error, Leal(Título original: Allegiant) no es la última entrega de Divergente, ese nefasto honor lo tendrá Ascendente en junio del próximo año.
La cinta, que se ha estrenado en Colombia y en otros 44 países, una semana antes que en Estados Unidos (¡qué honor!) retoma la historia de Beatrice «Tris» Prior (Shailene Woodley), la contradictoria heroína del Chicago post-apocalíptico de la trama. Luego de la derrota de Janine, Evelyn (Naomi Watts) ha Continúa leyendo Reseñas X ^ La Serie Divergente: Leal.
Creo que lo que más me asombra de la segunda entrega de la saga de «Divergente», titulada «Insurgente», es que alguien en Lionsgate le haya dado luz verde al proyecto, luego de que la crítica pusiera por los suelos a la primera entrega; aunque viendo los números, uno empieza a entender mejor el por qué. Después de todo, la primera entrega de la saga recaudó 290 millones de dólares, de una inversión inicial de apenas 80 millones. Nada mal para una saga que todo el mundo ha calificado como una mala copia de «Los Juegos del Hambre».
Advertencia: La siguiente lista es una opinión completamente personal y no pretende ser la quintaesencia de las listas de cine para el año 2014. La lista está obviamente limitada por el evidente hecho que sólo puedo criticar y juzgar las películas que he visto, por lo que se me escapan un par de miles de películas que se hacen en el resto del mundo y que no pasan en mi distribuidor de cine local. En cualquier caso, ahí está la sección de comentarios, para que aporten su propia opinión, si no les molesta claro.
Britney, luego de ver una de las siguientes películas…
A lo largo de este año he visto películas buenas, películas mediocres, películas malas y películas muy malas, como las que siguen a continuación. No hay mucho que decir, salvo pues, lamentarse por la platica que se perdió en las entradas, el tiempo invertido y también, no sobra, esperar que traigan alguito mejor a las salas de cine de nuestro país ¿Sí o no? He aquí las peores películas que vi en 2014, como para que juzguen y ahí para no perder tiempo, las resumo en cinco palabritas, o menos.
P.D. Para más información sobre lo malas que fueron estas películas, dele click sobre los títulos y encontrará la reseña. Esperemos que el próximo año, no haya tantas malas. 😀
Adolescentes en una sociedad distópica que los trata como pedazos de carne desechable.
Aunque la premisa de «The Maze Runner» resulta inquietantemente parecida a la de «The Hunger Games«, al menos en el campo cinematográfico logra diferenciarse lo suficiente de la saga de Suzanne Collins, como para considerarse su digna sucesora en el campo de la ciencia ficción para adolescentes y no tan adolescentes.
Decir que «The Maze Runner» («Correr o morir», en la traducción para latinoamérica) es otra película tonta para adolescentes y adultos jóvenes, en la misma línea de producciones mediocres como Divergente, Twilight o Cazadores de Sombras sería no sólo injusto sino también errado.
La película inicia cuando Thomas (Dylan O’Brian) despierta en un elevador que lo transporta a un lugar llamado «El Área», completamente rodeado de un intrincado y monstruoso laberinto y sin absolutamente ningún recuerdo de su vida pasada salvo el de su propio nombre. Thomas se debatirá entonces entre el misterio de la existencia de «El Área» y el laberinto, las reglas y condiciones de una sociedad compuesta de adolescentes transplantados hasta allí sin ninguna razón conocida y los peligros ocultos en el lugar.
Si la combinación de suspenso, acción y drama adolescente no fuera suficiente para mantener al espectador al borde de la silla, es la reflexión bien lograda que hay en el trasfondo de la cinta, lo que la diferencia del montón.
Afiche promocional «The Maze Runner»
Los habitantes de «El Área» reflejan la sociedad actual que se divide entre aquellos que creen que es válido sacrificar la seguridad por la libertad y aquellos que creen que la libertad, la posibilidad de tener opciones, vale cualquier sacrificio. Es en este choque de opiniones que surgen el «héroe» que ama la libertad (Thomas) y el «villano» (Gally, Will Poulter) que defenderá a toda costa la seguridad de las personas que ama. Y es aquí donde radica uno de los elementos mejor logrados de la película y es que aunque es fácil dejarse llevar por la comodidad de clasificar los personajes en buenos y malos, en realidad no existe tal cosa, sólo existe personajes con una diferencia radical de opinión, lo cuál deja la reflexión de que en realidad no se necesitan guerras y enfrentamientos para zanjar tales cuestiones.
En el climax de la película Thomas y Gally se enfrentan violentamente por su diferencia de pensamiento: Thomas quiere arriesgarse a buscar la salida del laberinto, pero Gally lo considera un peligro innecesario y espera que las cosas se conserven tal y como están, sin arriesgar nada. Lo irónico del asunto y de esta sociedad es que ambas ideas pueden coexistir sin llegar a la violencia. El problema surge cuando se quiere forzar a otros, que no están convencidos, a hacerlo.
La película cuenta con una dirección excelente, por no decir impecable, con varias escenas que particularmente considero entre las mejores del cine del último año y que quizás en 10 o 15 años lleguemos a considerar como clásicas. Las actuaciones son vívidas y no sólo de parte de O’Brian y Poulter, sino también de Kaya Scodelario (Skins) cuyo parecido físico con Kristen Stewart no sólo es inquietante, sino conveniente para la cinta ; Thomas Brodie-Sangster, a quien vimos en Game of Thrones como Jojen Reed y el coreano King-ho Lee. Pero es Patricia Clarkson la que logra no sólo completar el rompecabezas de la cinta, sino que da el impulso necesario para esperar con ansias la segunda entrega.
Una opción completamente recomendada para este mes del Amor y la Amistad, a menos que usted sea de los que crean que la ciencia ficción predice el futuro y no quiere que sus hijos, nietos, bisnietos o tataranientos terminen en una sociedad que los considera pedazos de carne desechables… ¡Feliz Amor y Amistad!
Shailene Woodley y Ansel Elgort personifican a Hazel Grace Lancaster y a Augustus Waters en «The Fault in Our Stars».
¿Alguna vez nos hemos sentado a pensar por qué las matemáticas son tan importantes? ¿Por qué en el colegio nos hacían ver más horas de matemáticas que de otras asignaturas más divertidas? ¿Por qué nos hacían pasar horas enteras haciendo ejercicios con números y variables, con decimales e irracionales, con ecuaciones y funciones? Algunos pensarán que era por la necesidad patológica del maestro o la maestra de matemáticas de hacer sufrir a sus estudiantes; otros, mucho más aterrizados, responderán que por la necesidad básica del ser humano de sacar cuentas, no nos vayan a embaucar con las vueltas en la tienda de la esquina; y unos pocos, muy pocos con mentes muy abiertas, responderán que es porque la misma realidad en la que vivimos está escrita con el lenguaje de las matemáticas.
«The Fault in Our Stars» (me rehúso a utilizar el nombre que le dieron en español) es una historia que se basa en un principio matemático para enseñarnos que incluso con el tiempo y las probabilidades en nuestra contra, aún tenemos esperanza.
La película narra la historia de Hazel Grace Lancaster (Shailene Woodley) una chica de dieciséis años, a la que el cáncer le ha arrebatado no sólo la posibilidad de una vida normal, sino la esperanza de sobrevivir más allá del tiempo que cree tener señalado. La condición pulmonar de Hazel la obliga a llevar siempre consigo una bala de oxígeno para evitar que su cuerpo entre shock por una hipoxia general.
En el inicio de la película, Hazel ha renunciado a toda posibilidad de una vida normal y sólo quiere disfrutar a solas de las pocas cosas que disfruta: la lectura y su familia… hasta el momento en que conoce a Augustus Waters (Ansel Elgort), un atractivo muchacho al que el cáncer también ha tocado,pero cuyas ganas de vivir y ser recordado contagian a la introvertida Hazel, iniciando una historia de amor, en la que los villanos no son personas llevadas por la ambición, la obsesión o el deseo, sino las circunstancias de la muerte que se ciernen inexorablemente sobre ellos.
Hay que reconocerlo, la historia de dos amantes condenados a estar separados desde el principio, no por vampiros, ni zombies, ni por vicios extraños, ni por su extraña cobardía, sino para la misma crueldad de la vida es un enfoque ciertamente original que se separa de toda la basura young-adult que emerge como mala hierba tanto en el cine, como en la literatura.
Si he de elegir el aspecto que más me gustó de la película, debo decir que en definitiva es el elenco. A pesar de que ni Woodley, ni Elgort fueron de mi total agrado en la última película que los vi, en esta encajan muy bien en sus roles. La introversión, sarcasmo, inteligencia y resignación de Hazel son muy bien representados por Woodley, pero es Elgort el que se roba el show, no sólo en sus escenas de super encantador niño con cáncer, sino en sus escenas dramáticas, tanto así que me atrevo a augurarle muchísimos premios por su interpretación.
Woodley y Elgort me recordaron mucho a Ewan McGregor y a Naomi Watts en The Impossible, no sólo por la extraordinaria química que muestran en pantalla, sino porque Woodley, al igual que McGregror en la mencionada cinta, hace un buen trabajo con algunos momentos brillantes (quizás el más brillante de la película), pero Elgort, al igual que Watts, se luce durante TODA la película. Quizás hay que darle al director Josh Boone algo de crédito también.
La fotografía y la puesta en escena son adecuadas para el contexto y la intensidad de la historia, evitando cometer el error de las películas basadas en los libros de Nicholas Sparks donde en medio de tanto color chillón y tantos encuadres naturales, termina uno distrayéndose de los personajes y su desarrollo.
Los diálogos son muy inteligentes y no podía esperar menos de una historia escrita por John Green, siendo la parte más importante la de los diferentes infinitos. «Existen infinitos más grandes que otros», esa realidad matemática (demostrada en 1874 por Georg Cantor) es el tema de una de los diálogos más inteligentes que haya visto en el cine desde… bueno desde siempre. Para alguien que tiene una enfermedad terminal puede parecer que el número de días que le quedan es un número finito, pero la realidad matemática, que entre dos números existen una cantidad infinita de otros números, indica que quizás un número finito de días pueden convertirse en un infinito más, a pesar de tener todo en contra.
Diálogos inteligentes, no esperaba menos de una historia escrita por John Green.
Pero a pesar de todos los puntos positivos, hubo ciertas cosas que no me terminaron de cuadrar en «The Fault in Our Stars». Primero, la historia es increíblemente predecible, en los primeros quince minutos pude pronosticar con toda exactitud como terminaría, lo cuál me dejó situado en el «¿Cómo?» y no en el «¿Qué»? pasaría al final. Por otro lado, es evidente la intención de los escritores, los productores o el director de darles contentillo a los lectores adolescentes del libro, por lo que la se siente forzada en ocasiones, sólo para fomentar la lágrima fácil. Y por último, lo más irritante de esta película es precisamente el montón de adolescentes tontos que van a la sala de cine creyendo que por haber leído un libro (uno sólo, porque estoy seguro que no se han leído más) se creen los más intelectuales hablando de lo que va a pasar y llorando como magdalenas en la mitad del teatro, sólo para verse mainstreams. Si hubiese sabido eso, mejor espero la versión en DVD.
Una última sugerencia, estudien los conceptos básicos de las matemáticas, porque quizás en la próxima película young-adult que vean, las puedan necesitar.