Mesías (Messiah) ^ ¿Qué es lo que realmente sucede con Eva?

Eva Geller (Michelle Monaghan) es la agente de la CIA encargada de identificar amenazas para la seguridad de los Estados Unidos en Medio Oriente, específicamente el área de Israel y Siria.

La primera vez que vemos a Eva, se está practicando un procedimiento médico, que pareciera indicar que se está practicando un aborto, lo cual tendría todo el sentido, ya que es una mujer adicta al trabajo, y tener un hijo sería lo último que querría alguien de esas características.

Sin embargo, a medida que avanza la serie vemos que en realidad lo que Eva estaba haciendo, era un procedimiento de inseminación artificial. Eva en realidad quería convertirse en madre. Aunque el asunto resulta un poco oscuro, cuando se confirma que el esposo de Eva, Ben Geller, está muerto.

El asunto es que Ben, antes de someterse a la terapia – suponemos que es cáncer, aunque no se confirma por ningún lado – almacenó suficiente semen como para que hubiese posibilidades de ser padre, en el futuro. Sin embargo, el tratamiento no funcionó y murió, por lo que Eva decidió seguir intentándolo luego de enviudar.

Sin embargo, en el estrés de la investigación a al-Masih, o Payam Golshiri, en Texas, Eva sufre un aborto espontáneo, y luego sencillamente decide que no quiere seguir intentándolo, ya que al hacerlo se aferra a un pasado que no existe con su esposo, ya fallecido.

En su lugar, decide tomar decisiones diferentes, aunque no precisamente inteligentes, como acostarse con Aviram Dahan (Tomer Sisley), quien también tiene traumas propios con los que lidiar.

«¿Qué relación hay entre Oscar Wallace y Payam Golshir

¿Cuál es el secreto que oculta Aviram Dahan sobre Megiddo? »

Anuncio publicitario

5 Razones por las que estoy a Favor de la Adopción Igualitaria ^ Columnas X.

Con un detallado comunicado de seis páginas emitido el pasado miércoles, la polémica Corte Constitucional, ente encargado de «velar por la integridad y supremacía de la constitución» determinó que las parejas del mismo sexo están habilitadas para adoptar conjuntamente. Y como era de esperarse, justo después de las 6:25 de la tarde de ese 4 de noviembre, hora en que se conoció el comunicado… ardió Troya.

adopcion gay

En mis 31 años de vida (que cumplo la próxima semana, gracias), nunca había visto a Continúa leyendo 5 Razones por las que estoy a Favor de la Adopción Igualitaria ^ Columnas X.

Carta A Mi Futuro Hijo.

Querido y Futuro Hijo:

No sé desde hace cuanto he soñado contigo, pensando en los nombres que te quedarían bien con mi apellido, en los planes que tendría que dejar atrás para dedicarte tiempo, en la manera de sacarte del mundo de las ideas y traerte a explorar este mundo que tan raro te podría parecer al inicio; pero a pesar de mis deseos de tenerte a mi lado y conocerte, debo decirte que he decido posponer indefinidamente tu llegada, al menos mientras yo, tu papá, esté sembrado en este loco rincón del mundo donde lo inverosímil se vuelve real con una velocidad pasmosa.

No quiero traerte a un lugar donde haya gente que piense que tu vida, mientras estés en el vientre de tu madre, es desechable y valga menos que la de un gato, un perro o un toro.

No quiero traerte a un lugar donde no pueda educarte y corregirte, formarte como una persona de bien, sin que el Bienestar Familiar me acuse de maltrato infantil.

No quiero traerte a un lugar donde por culpa de un montón de psicólogos baratos, crezcas sin saber que existen límites y consecuencias para tus actos.

No quiero traerte a un lugar donde para que te instruyas tenga que recluirte en un colegio donde a todo el mundo lo promueven de grado, porque al gobierno no le conviene que nadie pierda el año.

No quiero traerte a un lugar donde sólo haya dos opciones para tu formación académica: un colegio privado rodeado de pequeños sociópatas (de la calaña de los que mataron a Colmenares), o un colegio público donde tengas que compartir tu espacio vital con media centena de desconocidos (la mayoría no deseados) perfectamente capaces de todo en un salón de 4m x 5m.

No quiero traerte a un lugar donde todo está puesto y diseñado para que creas que tu felicidad está amarrada a la cantidad de cosas que poseas, donde la mejor opción para divertirte sea un espantoso centro de diversiones enclavado en un centro comercial.

No quiero traerte a un lugar donde no puedas encender el televisor sin quedar obsesionado con el sexo para toda la vida.

No quiero traerte a un lugar donde, cuando crezcas, importe más el número de fotos que te tomes en el espejo de un gimnasio, que el número de libros que leas, donde te valoren más por tu cuerpo, que por tu coeficiente intelectual.

No quiere traerte a un lugar donde la educación superior se ha vuelto un chiste y dónde todo el mundo recibe un título profesional, sin siquiera haber cogido un libro durante toda la carrera.

No quiero traerte a un lugar donde para conseguir y conservar un empleo, tengas que bajar la cabeza ante nadie y mucho menos tener que vender tu conciencia; donde lo que vale es la rosca y no el mérito.

Pero sobre todo, no quiero traerte a un lugar donde aquellos que matan, roban, secuestran y estafan, estén por encima de la gente de bien, donde te juzguen por pedir justicia, donde la paz es sinónimo de amnesia y dónde la escoria humana recibe rebaja de penas, luego de cometer las peores monstruosidades.

No, hijo, este no es el lugar donde te quiero traer, no es el lugar que tú te mereces. Espero que quizás, algún día, si es que las cosas mejoran aquí, o si decido finalmente buscar nuevos rumbos, pueda traerte de nuevo a mis planes, pero por ahora es mejor que te quedes allá, en el mundo de las ideas, dónde al menos estarás seguro por un buen tiempo.

La Despenalización del Aborto ¿Un Mal Necesario?

La actitud de la sociedad frente a los embarazos no deseados, es el punto decisivo entre la vida y la muerte.

La polémica armada en el país por cuenta de la recolección de firmas para tumbar la actual jurisprudencia que permite que una mujer aborte en tres casos específicos, me recuerda mucho a un episodio de «Los Simpsons» cuando dos extraterrestres se hacen pasar por candidatos presidenciales y en la campaña uno de ellos dice ante la multitud «Aborto para nadie» seguido de una rechifla y luego viendo la contrariedad cambia el argumento «Aborto para todos» y la rechifla persiste.

Sin duda el aborto es un tema espinoso. Pero lo cierto es que su despenalización podría ser un mal necesario.

La implicaciones éticas, morales y religiosos del aborto son innegables, pero por otro lado la suerte del feto está unida a la de su madre, si la reproducción humana implicara que el feto se terminara de formar en unas bolsas de cultivo estilo Matrix, otro gallo cantaría pero lo cierto es que no hay relación más estrecha que la de una mujer embarazada con el feto que lleva dentro.

Es tan estrecha esta relación que la vida del feto depende directamente de la madre y en algunos casos la vida de la madre depende del feto, casos en los que el embarazo es una amenaza para la vida de la madre, es esta la situación que más me convence que el aborto debe ser de opción libre, una mujer es una ciudadana en posesión de todos sus derechos, y su derecho a la vida pasaría a estar sujeto de una ley anacrónica que prohíbe los abortos en cualquier tipo de caso. En estos casos estamos hablando de supervivencia, no debería haber discusiones, ahora si la madre por decisión propia decide sacrificarse, al menos tendría la opción y no sería impuesta por una ley creada por unos viejos decrépitos de muy dudosa reputación, que es lo que abunda en el congreso y en las cortes.

Cualquier otra caso pasando por violaciones, malformaciones, imposibilidad de manutención, y todo eso, debe estar sujeto más que a leyes impartidas por un cuestionable congreso, por la reflexión ética, moral, religiosa y hasta filosófica de la mujer en embarazo.

Personalmente encuentro repugnante que se practiquen abortos de embarazos saludables, por razones como el «que dirán» o por una falla en el método anticonceptivo. La mujer que ha decidido entablar relaciones sexuales debe conocer las consecuencias de sus actos y hacer picadillo a una criatura no nacida solamente por patrocinarse sus placeres sexuales no está dentro de las causas que yo apoyaría.

Un peligro que encierra la aprobación del aborto por elección es que terminemos considerando a los bebes nacidos como algo desechable.

Pero, a pesar de las opiniones particulares, una mujer por sí misma debe tener el derecho de evaluar sus opciones, si desea interrumpir su embarazo, por cruel que parezca el método con el que lo haga, si quiere hacer un largo viaje y dar el niño en adopción a una pareja necesitada, o sencillamente asumir la responsabilidad que adquirió al ser sexualmente activa, esa debe ser una decisión que ella debe tomar de acuerdo a su formación como persona y a sus propias posibilidades.

Después de todo, como dicen los mexicanos cada quien puede hacer de su vida un papalote, mientras no toque los papalotes de los demás, y más o menos eso mismo dice la ley, pero hay que tener en cuenta que una apertura total de los abortos sin una apropiada educación de la población y promoción de la vida, podría desencadenar en la concepción de que los niños no nacidos son tan desechables como los envases plásticos en los que toman refrescos, cosa que sería monstruosa.

El aborto no es un tema sólo de las mujeres sexualmente activas y del gobierno, debe ser un tema en el que todos debemos expresar nuestra opinión ¿Por qué? Sencillamente porque es de nuestra actitud como sociedad frente a los embarazos no deseados de donde debe salir las decisiones que se tomen en las altas esferas. Es hora de reflexionar si es mejor que las mujeres embarazadas sin desearlo, terminen con su embarazo y prevenga la venida al mundo de un niño que probablemente venga con todas las de perder, o si es mejor promover la vida, expresando solidaridad, en lugar de crítica destructiva hacía aquellas mujeres que quieran dar a luz a sus hijos y darlos en adopción. Lamentablemente en este país, los mismos que promueven que el aborto sea ilegal son los primeros que critican y hablan de una mujer soltera en embarazo a la que el corazón no le ha dado para hacer pasar al feto por una trituradora y prefiere darlo en adopción, mientras que la que aborta en secreto es tratada mejor, porque le ahorró la vergüenza a la familia.

De nuestro cambio como sociedad y no de las leyes es que depende que la práctica del aborto innecesario termine de una vez por toda, y de esa manera darle a la vida un poco más del respeto que merece.