Sobre La «Megalopolitis» y Otros Delirios De Grandeza.

Megalopolitis: (f. Med) Enfermedad epidémica aguda, acompañada de manifestaciones variadas como perdida de la memoria, alucinaciones, alharacas y ceguera. 

jajajajajaja
Una persona normal ve un tren bala japonés, un enfermo de megalopolitis pelea con quien sea para demostrar que este es el articulado que pasa cerca a su casa.

Al la gran mayoría nos gusta hablar bien de nuestra ciudad, pueblo o población de origen.

Es natural.

Después de todo las coordenadas geográficas que engloban el lugar donde alguien nace, crece y/o se reproduce son una parte definitiva en la construcción de su psique y es por eso que nos sentimos orgullosos cuando alguien habla bien de nuestro vividero y nos enfadamos cuando alguien trata de enlodarlo. Hasta allí estamos en el terreno de lo normal. Sin embargo, en Colombia, nuestro gran país del Sagrado Corazón de Jesús, el afán de diferenciarse y sentirse superior por algo tan frívolo y superficial como el lugar de expedición que aparece en la cédula ha hecho que se propague una nueva enfermedad infecto-contagiosa, que a pesar de no ser mortal, pone en grave riesgo de hacer el ridículo a todo aquel que la posee:  la megalopolitis.

Y es que hasta la Organización Mundial de la Salud está tomando medidas al respecto. No quiera Dios que se convierta en pandemia y afecte a todo el mundo.

Aquellos pobres infelices que sufren de la megalopolitis inicia con un serio cuadro clínico que tiene como primer síntoma la amnesia; sí se les olvida que nacieron en un país del tercer mundo y hablan como su hubiesen nacido en la costa azul francesa, los fiordos noruegos, los valles suizos o en Tokyo/Osaka/Nagoya (sí, como no) … y les encanta utilizar adjetivos como «montuno», «campesino», «corroncho» y la mejor de todas «provinciano» a modo de ofensa, tenga o no tenga claro el lugar de origen del ofendido y sin sentarse a pensar por un momento (demasiado pedir) que su ciudad seguramente está en una de esas listas de «las más peligrosas» o «las más inseguras» o «las más contaminadas» del Planeta Tierra y sus alrededores (¡que orgullo!).

Hasta este punto, la enfermedad es curable, después de todo uno que otro insulto xenophobo lanzado en un momento de ira no implica ninguna alteración en el estado mental de una persona, aunque sí una ignorancia que haría ver a Amparo Grisales como una Nobel de Física en comparación. Sin embargo, la siguiente etapa de la enfermedad es mucho más seria y peligrosa… y es cuando el enfermo empieza a creer lo que dice.

El primer síntoma de los megalopolicos es que creen que viven aquí. Ilusos.

La megalopolitis entra en su fase aguda cuando el enfermo empieza a convencerse de que su ciudad es la quintaesencia del desarrollo urbano mundial, y empieza a ver trenes balas donde hay buses articulados; autopistas de 12 carriles donde hay callejones llenos de huecos y góndolas venecianas dónde sólo hay arroyos y aguas estancadas; es en esta fase cuando el infectado empieza a utilizar ciertos términos como «distrital» o «metropolitano» en todo lo que admita esos adjetivos para intentar convencer a propios y extraños de que su alucinación es real y de que viven en una gran urbe llena de rascacielos y proezas arquitectónicas, llamadas a ser patrimonio de la humanidad y hasta de seres de otros planetas. Al paciente le resulta increíble que haya gente en algún rincón del planeta que no haya escuchado hablar de su ciudad y para evitar semejante desproporción pasa subiendo fotos en Skycrapercity y mencionando a su ciudad en cada tweet, estado de facebook y post de Google+ que se le ocurra. Pero si usted cree que el paciente no puede empeorar, se equivoca, existe una etapa aún peor.

En la última etapa de esta espantosa enfermedad, el paciente pierde la visión, o al menos eso se sospecha, puesto que sólo así se explica que sigan y sigan sosteniendo, diciendo y afirmando que viven en la megalópolis más grande y moderna del mundo, cuando a cada rato ven en todos los rincones de la mismas las pruebas fehacientes de su sempiterno atrofiamiento urbano. Es así como el enfermo termina por señalar que todas las fotos y todos los vídeos de trancones, tugurios, arroyos, inundaciones, huecos, atracos, motines, estampidas, vandalismo, grafitis, pandillas, (etc, etc, etc… )  tomados en su ciudad, no son el producto de la oscura realidad urbana en la que viven, sino una campaña de enemigos invisibles que quieren manchar el buen nombre de su preciado terruño que tan alto ha llegado (dicen ellos) por cuenta de premios inventados y eventos comprados a costillas de los bobos contribuyentes que dejan de comer un mes para pagar el impuesto predial o la valorización.

Esta imagen es de una de las ciudades más grandes del mundo ¿Estaría orgulloso de haber nacido allí?

Muy lejos están estos individuos de comprender que lo que hace a una ciudad no es el sentimiento regionalista de algunos de sus habitantes sino la visión que tenga de sí misma a futuro, sustentada por un crecimiento planificado, donde prime el bienestar de sus ciudadanos como un todo y no la retórica inútil del acalde o alcaldesa de turno, que dice que hay que «construir la ciudad de cero» para respaldar sus aspiraciones politiqueras. Quiera Dios que la megalopolitis no se convierta en pandemia, que los enfermos se curen y que llegue el día en que Colombia, como en muchos otros países del mundo, se construyan verdaderas ciudades y no desórdenes urbanos como los que existen hoy en día.

La Pifiada de la Inauguración del Mundial Sub-20 en Barranquilla

rosanna lignarolo

La decisión de ir al cine a verme el «Capitán América» el viernes pasado, en lugar de verme la inauguración del Mundial Sub-20 que se realiza en nuestra querida Colombia, ha probado ser de lejos una decisión bastante sabia.

Pero luego de días de escuchar por todos lados, comentarios sobre lo pésima que estuvo, no me aguanté la tentación. Y sí, tenían toda la razón, ese espectáculo se puede resumir en una sola palabra: Oscuro.

Si es cuestión de buscar culpables, puedo enumerar una serie de personajes que van desde el presidente Santos, pasando por el presidente de la FIFA, el alcalde Alejandro Char, el distrito de Barranquilla, los luminotécnicos, los bailarines, los que hicieron la lona de 2 toneladas, al río Magdalena, a la temporada de huracanes, a los frentes fríos, a la naturaleza del suelo… en fin, si es cuestión de buscar culpables, nombres no son los que faltan; pero si hay una sola persona a la que hay que señalar por la magnitud de este desastre y esa persona no es otra que Rosanna Lignarolo.

Creo que la confusión inicia desde la planificación. Las inauguraciones de estos eventos son de hecho coreografías montadas, pero (primer error) las coreografías NO siempre significan baile, y para eventos deportivos del tamaño de un Mundial de Fútbol (así sea Sub-20) se espera que el tipo de coreografías sean más acordes al estilo cinematográfico que al estilo de payasada bailable, que fue lo que se presenció en dicha inauguración. Pero además de los estúpidos que no comprendieron eso y asignaron la licitación, la culpable de esto es la misma Rosanna Lignarolo, que de baile y de carnaval y de todo eso sepa mucho, pero de puesta en escena, que es lo que en resumidas cuentas es una Inauguración, esa vieja no sabe absolutamente nada. Parece que no hubiesen visto la Inauguración de los Juegos Centroamericanos que ella misma condujo, que fue de igual o peor calidad.

Y es que incluso si no hubiese fallado la iluminación, ese espectaculo era propio de todo, menos de una inauguración de un evento deportivo. ¿Regiones de Colombia? Perdón Rosanna pero esto NO era la velada de elección y coronación de la señorita Colombia. Y otra. ¿Por que mente ridícula pasa hacer homenaje al Joe Arroyo en esa inauguración? Estamos en un evento INTERNACIONAL, y si todo lo que había hecho ya era de por sí malo, la terminó de embarrar metiendo salsa y bailarines de salsa en la mitad del espectáculo. ¿Acaso la idea no era hacer una exposición de la cultura propia de Colombia? Parece que Rosanna ignoró por completo el hecho de que la Salsa es un ritmo extranjero que nada tiene que ver con la idiosincrasia colombiana. Y por último, está bien que el Carnaval sea patrimonio de la humanidad, que el que lo vive es el que lo goza, y todo lo que quiera sumarle o adicionarle a eso, pero por favor, eso que hicieron ahí no pega ni con colbón.

No es por querer exaltar a ninguna región, pero la inauguración de los IX Juegos Sudaméricanos en Medellín, fue un espectaculo, allí no se dejaron cabos sueltos, se contrató una empresa seria como Dragone Entertainment Group (responsable de la apertura de Euro 2000, A New Day para Celine Dion, y que trabaja en las puestas en escenas del Cirque du Soleil) , ¿por qué dejar este evento en manos de una persona que obviamente no estaba preparada,como Lignarolo?

Ahora me perdonarán en Barranquilla y me da mucha pena, pero (segundo error) asignar este evento tan importante en una ciudad sin experiencia en este tipo de eventos, era un riesgo que NO se debía, ni se podía tomar. La razón no tiene nada que ver con sensacionalismos regionales, es sólo cuestión de ser prácticos. El equipo que más familiarizado está con eventos de esta envergadura NO está en Barranquilla, luminotécnicos, electricistas y toda la mano de obra que se encuentra más preparada, está en las ciudades donde este tipo de eventos son más frecuentes ¿Por qué no se aprovechó la experiencia que tenía Medellín con los Juegos Sudamericanos o la experiencia de Bogotá con los múltiples conciertos y festivales que se llevan a cabo allí?

Lo peor de todo es que quedó mal no sólo la señora Lignarolo, la ciudad de Barranquilla, sino que el mundo entero vio lo que sucedió y esas imágenes quedarán guardadas para la posteridad y no señalarán a como responsable a Rosanna Lignarolo, sino a todos nosotros que conformamos este país.

Bueno creo que un comentario que leí en YouTube resume todo eso: «Sí Shakira participa en ese evento, es el fin de su carrera», y espero que Rosanna Lignarolo siga de jurado en concursos de bailes de salón, que de eso si vimos demasiado en esa inauguración, por que tal y como es señalada hoy día, no la van a buscar ni para hacer las coreografías de las cortes de los quinceañeros.

Por último, hay que reconocer que para celebrar eventos mundiales hay que contar con lo mejor, con los más experimentados, en estos eventos hay que ir por lo seguro, no se puede dejar margen al riesgo, al menos para la próxima (sí la hay) ya habremos escarmentado un poco.

ACTUALIZACIÓN: Imperdonable lo que dicen ahora los encargados de la inauguración entre ellos la señora Madeleine Certain y la amargada esa de Rosanna Lignorola, que ahora además prueba ser una inepta,  «Barranquilla no estaba preparada para un evento de tales magnitudes» las que no estaban preparadas eran ellas, y fue un enorme acto de irresponsabilidad asumir la preparación del evento sin tener la más mínima idea de que era lo que significaba. Definitivamente el PEOR error fue dejarle a la descastada y decadente élite de Barranquilla, un evento que era de todo el país. Que el peso de la justicia caiga sobre todos ellos, empezando por Alejandro Char.

https://www.youtube.com/watch?v=eydU5hHbTkg

Mi Barba y Yo

Escrito por @Mr_Brownie http://mrbrownie.tumblr.com

 

El calor de mi natal Barranquilla no es un clima que favorezca el uso de vello facial, así es que de pequeño no veía muchas barbas, excepto las de los apóstoles en la rutinaria programación de semana santa en aquellos tiempos en que solo contábamos con dos canales de televisión. Además de eso, sólo recuerdo a cierto compañero de la escuela, a quien llamábamos “el abuelo” a causa de su barba digna de todo un carpintero bíblico. Las razones por las que un joven de 18 años cursara 4 grado en la escuela primaria, nunca fueron claras para sus compañeros de clases.

Adolescente me fui a vivir a Bogotá, inseguro de lo que encontraría y pretendiendo aparecer más caribe de lo que en realidad era. La verdad no me fijaba mucho en las barbas de nadie, hasta que mis compañeros de semestre apostaron acerca de quién duraría más tiempo sin afeitarse. Evité participar desde un principio, pues escasamente contaba con tres tristes pelos en el mentón y un bozo incipiente que me esmeraba en eliminar con bastante regularidad, para evitar la apariencia de enfermo crónico que le daba a mí cara. De cualquier manera, esa apuesta entre universitarios en mitad de su carrera me puso de cara a la marginalidad. Estaban los barbados atrayendo todas las miradas y los otros…

Al terminar mi carrera tomé caminos laborales bastante diferentes a los usuales para mi profesión, aunque ello no implicó el abandono de mi disciplina, más bien aproveché para trabajar haciendo lo que mejor se hacer, el caso es que se requería vestir con elegancia de la cabeza a los pies, salvo los viernes, día en que era bien visto el uso de los jeans, siempre y cuando no hubiera alguna reunión de esas importantes en ministerios, corporaciones y demás.

Pero, ¿Esto a qué viene?, no crean que divago, aunque la verdad sí lo hago. El asunto es que en estos escenarios cualquier tipo de vello facial estaba poco menos que proscrito, así las cosas, la gillette y yo seguíamos siendo inseparables por varios años más.
Hace 5 años atravesaba por el que todavía considero el momento más duro de toda mi vida. En ese entonces tomé decisiones radicales que me liberaron, al menos en parte, de los pesares y angustias que enfrentaba. La primera fue renunciar a un exitoso y absorbente empleo, con lo que recuperé algo de tranquilidad, al tiempo que abandonaba por completo la práctica mañanera de afeitarme a las carreras antes de salir corriendo a trabajar. Paradójicamente, así fue como llegué al mundo académico que tan esquivo me había sido en el pasado. Y vaya sorpresa, nadie dijo nada de la descuidada y fea barba que portaba el nuevo director de programa de la universidad.

El tiempo pasa y yo sigo dando saltos y cambiando. Tanto, que ahora lo pensaría más de dos veces antes de deshacerme de esta barba que con decisión y constancia se ha logrado abrir campo no solo en mi cara sino en el imaginario de quienes me conocen.

Memorias de mis viajes: Barranquilla.

Siempre he tenido una relación bastante peculiar con Barranquilla. Desde niño he escuchado todas las opiniones habidas y por haber sobre la ciudad y sus habitantes. Me parecía extraño que algunos hablaran tan bien de la ciudad y otros opinaran totalmente lo contrario.

Tal vez la razón de tal discrepancia es sencillamente que no hay solamente una Barranquilla, sino muchas que da la casualidad comparten la misma ubicación, el mismo espacio vital.

Tal vez no seré yo el más indicado para hablar de las fortalezas y debilidades de una ciudad en la que nunca he vivido y en el que sólo he estado de paso, por algunos días cuando mucho. Sin embargo creo poder expresar mi opinión sobre la ciudad, su gente y sobre todo lo que ofrece.

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Museo del Caribe

Quizás lo que sorprende en primera instancia de Barranquilla al compararla con otras ciudades, al menos en el Caribe Colombiano, es su rígida cuadricula urbana, y es que en Barranquilla, salvo en unos contados puntos, es imposible perderse, las direcciones son extremadamente fáciles de encontrar (trate de encontrar la calle 7 con carrera 12 en Sincelejo) y prácticamente nunca hay pierde. Si cuenta uno con tiempo puede dedicarse a recorrer la ciudad a pie,claro nunca lo haga debajo del inclemente sol de 9 de la mañana a 4 de la tarde, podría correr el riesgo de una insolación.

También sorprende que al llegar al terminal, y subes en taxi o en bus, la ciudad se transforma ante tus ojos, pasas de un sector netamente popular, hasta ver las edificaciones y arquitectura sobresaliente en el centro, hasta las edificaciones más modernas, las calles amplias y el ambiente de primer mundo que se siente en el norte de la ciudad.

Comienza uno a entender por qué algunos aman tanto a Barranquilla, la ciudad ofrece de todo para todos los gustos, rumba, restaurantes, centros comerciales, todo lo que una ciudad que se digne de llamarse debe tener, es díficil no caer en el encanto enajenador de la ciudad, no perderse en su ritmo, no embriagarse en sus brazos.

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Transmetro

No se que tan ciertas serán las historias de barranquiller@s que comen arroz con lentejas un mes, para comprarse una camiseta de marca, o de aquellos que sin tener aire acondicionado, le suben el vidrio al carro…una fama que no se de donde salió de que los barranquilleros son (en palabras literales de una ex-amiga) «bolsillo pelao y fa´tos». No se de donde viene esa leyenda, y como ya dije no se que tan ciertas sean, pero conociendo gente que se ha ido a vivir allá, puede comprender la situación un poco mejor; es comprensible que el estilo de vida allá es otro y quizás por no dejarse arrastrar por la corriente (keeping up como dirían los gringos) cualquiera estaría dispuesto a hacer sacrificios por encajar, por mezclarse, por mimetizarse dentro de la ciudad, una ciudad donde se burlan hasta de los acentos caribeños no nativos de la ciudad. Nadie dijo que era fácil vivir en «el mejor vividero del mundo» para los que no nacieron y se criaron en ese vividero.

Teniendo parientes allá, me decían muy frecuentemente que a Barranquilla se iba a rumbear, y que su destino como ciudad rumbera nacía de una profunda convicción de que en la ciudad sencillamente no había nada que ver, no es una ciudad antigua como Cartagena o Santa Marta. Como ciudad portuaria y rivereña, a las puertas de las desembocadura del río más grande de Colombia, sus playas no son atractivas tampoco. Sin embargo la ciudad no es la misma, ha cambiado, hay mucho que ver por recorrer, la arquitectura que se rescató del centro de la ciudad, el museo del caribe, la arquitectura que se alza por toda la ciudad, e incluso el nuevo sistema de transporte de la ciudad «TransMetro» sin olvidarse del Zoológico, Puerto Colombia, Bocas de Ceniza, hay mucho que ver en Barranquilla.

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Estadio.

Así que la próxima vez que vaya no se encierre en el hotel a disfrutar de la televisión por cable y del WiFi, salga, explore, disfrute, rumbee, conozca, Barranquilla es una ciudad con futuro, una ciudad que se alza en medio del Caribe con mucho que ofrecer a todos los que lleguen, una ciudad que abre los brazos a aquellos que quieran gozarsela. No pierda la oportunidad de entender por qué muchos la llaman «La Puerta de Oro de Colombia».

Noche de Estrenos: «El Joe» contra «La Bruja» ¿Quién Ganó?

No cabe duda que el duopolio de RCN y Caracol están reorganizando sus fichas y apostándole todo a las nuevas producciones con tal de ganar la parte que les corresponde de la torta publicitaria, que al fin y al cabo es por lo único por lo que pelean, porque en todo lo demás están tan de acuerdo que sorprende que sean dos canales diferentes, en vez de ser uno fotocopia del otro o en otras palabras más poéticas, una culebra de dos cabezas.

Quisiera creer que fue una gran casualidad que las dos telenovelas, «La Bruja» y «El Joe» se hubiesen estrenado en horarios distintos, y no un plan para maximizar las ganancias en dicha noche de estrenos. Pero hablemos mejor de las producciones que es lo que nos interesa ahora.

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Andrés Parra fue quizás la mejor elección para encarnar su personaje en "La Bruja"

«La Bruja», que fue la que se estrenó primero, al menos en su primer capítulo, está muy bien contada, muy bien ambientada y sobre todo lo que más destaca es el elenco. Las actuaciones son excelentes, Flora Martinez fue una excelente elección (aunque les debió costar un ojo de la cara a los de Caracol), hasta María Cecilia Botero, Vicky Hernandez,Natalia Jerez y Andrés Toro encajan muy bien en sus personajes, por lo que puedo decir que el casting fue muy bien hecho. Pero no cabe duda que la presencia más poderosa en la serie es la de Andrés Parra, una excelente elección. La historia se ha contado muy bien, equilibrada y precisa. Aunque no hay que comerse el cuento de que todo lo que sucede ahí es real. Basado en hechos reales significa que la mitad de lo que cuentan ahí es puro y simple embuste. Y lo mismo va para «El Joe».

A diferencia de «La Bruja», lo que más destaca del Joe son los escenarios y por supuesto la música. Es una experiencia audiovisual completa, apela a la vista y al oído del espectador para mantenerlo en la silla, una estrategia bastante acertada. Los escenarios son completamente acertados, ver los lugares insignia de Barranquilla, el color, el ritmo, todo el ambiente Caribe que envuelve la historia es sin duda agradable y entretenido. Pero el talón de Aquíles de la historia va por cuenta de las actuaciones. Los tres personajes principales están muy débiles para mantener el peso de la historia. Jair Romero (El Joe), Estefanía Borge y Andrés Suarez (El Villano) no convencen pero para nada. Es más Jeimmy Paola Vargas, que está en su debut lo está haciendo muchísimo mejor, no solo convence, sino que genera simpatía y pone al público de su parte, cosa que ninguno de los otros tres personajes logra ni por casualidad. No se tampoco que hace Flavio Caballero (Venezolano) ahí, se ve casi tan cómodo como mosca en leche y Carmenza Gomez pues tampoco termina de convencer a pesar de su enorme talento, comprobado por años de experiencia en la televisión nacional. Lo que me preocupa es que si los personajes no generan empatía PRONTO, la telenovela va a perder audiencia muy rápido y terminará en el marasmo de las 12 de la noche donde nadie se la va a ver.

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Está mujer, contra todo pronóstico fue la que mejor lo hizo en la noche de estreno de "El Joe".

No se si Caracol pretende ser el CBS colombiano poniendo la misma temática machacada y vuelta a machacar del narcotráfico, esta vez con la Bruja, que según ellos debería servir de complemento a la Reina del Sur que ya está en picada. Y también creo que hay que darle la oportunidad al elenco del Joe de que nos cuenten la historia del ídolo caribeño, igual hasta Chepe Fortuna inició con serios problemas con su elenco, pero la historia pudo más y el excelente trabajo de Mario Ribero sacó el barco a flote y lo catapultó a la cima de los programas de televisión más vistos en Colombia.

De nuevo aquí el ganador, además de RCN y Caracol con su parte de la publicidad, es el público hay diferentes opciones en diferentes horarios, como para no tener que cambiar a los canales de cable, sólo en unos meses nos daremos cuenta de quien fue el verdadero ganador de esta contienda televisiva.